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"¿Por qué me tiene que pasar a mí?"

El niño de 10 años que sobrevivió al siniestro perdió a sus padres hace cuatro años, y ahora, a sus tíos

Cunibert González Vila vio cómo el torrente se llevaba a su primo de cuatro años y a sus tres tíos. Pero también vio cómo desaparecía la familia que le había adoptado cuando sus padres murieron en un accidente de tráfico hace cuatro años. Y su abuelo falleció hace tan sólo unos meses. Le quedan un tío y una tía, ambos solteros. "¿Por qué me tiene que pasar a mí?", es lo que explican los vecinos que dijo el pequeño, de 10 años, cuando, después de ser rescatado de las aguas, lo llevaron a casa de unos amigos en Botarell. Mientras las excavadoras buscaban infructuosamente en Montbrió, él estuvo descansando y la maestra del pueblo lo acompañó durante la mañana. Ahora, Cunibert González vivirá con su tía, la hermana pequeña de su madre, en Castellví de Rosanes, cerca de Martorell.

El delegado de la Generalitat en Tarragona, César Puig, explicó que cuando tuvieron conocimiento de la situación "especial" del pequeño decidieron destinar un equipo integrado por un psicólogo, un pediatra y un médico, que fueron los encargados de dar a Cunibert la noticia de la muerte de sus familiares. Puig destacó la serenidad con que el niño se enfrentó a la noticia.

En Botarell, la conmoción fue profunda. "Con 600 vecinos, la falta de cuatro de ellos en estas circunstancias es muy dura", dijo el alcalde de la población, Joan Anguera. Un grupo de conocidos de la familia se concentraba en las inmediaciones de la vivienda. "Eran gente muy sana, con muchas ganas de vivir", comentaban. Llevaban poco más de un año viviendo en Botarell. Gastón Canals, el tío y padre adoptivo de Cunibert, había trabajado en la central nuclear Vandellòs II y actualmente trataba de sacar adelante una finca agrícola.

En Botarell protegían de la prensa y de personas indiscretas a Pere Olives, el vecino que había salvado al pequeño. "Está muy afectado, era muy amigo de ellos". La preocupación por unas goteras hizo que Olives pusiera en marcha el tractor en una noche con un tiempo inclemente, de lluvia y granizo. Vive en una masía en las inmediaciones de la riera y tiene un pequeño restaurante en la población, por el que temía debido a las goteras. A las dos de la madrugada Olives se decidió a coger el coche y acudir al local. Cuando vio cómo llovía se dio cuenta de que con el vehículo no podría cruzar la riera. Puso en marcha el tractor y oyó gritos que provenían del torrente. Cuando llegó, se encontró con el todoterreno en medio del agua. Consiguió dar la mano a Alejandro González, de 24 años, y sacar al pequeño Cunibert.

Pero González se volvió para socorrer a su hermana, Matilde, a la que se le había escapado su hijo de cuatro años. Los hermanos y Gastón Canals desaparecieron en el torrente tras él. Ayer el restaurante permanecía cerrado y el tractor, blanco y enfangado, aparcado en las cercanías.

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