Gore, contra el intervencionismo

Por mucho que George Bush acuse a Al Gore de ser el candidato del "Gran Gobierno", el contendiente demócrata a la Casa Blanca no es partidario de una gran intervención de Washington en la actividad económica norteamericana. EE UU nunca ha sido el país del Estado Providencia, y así consta en las propuestas de los dos candidatos a las presidenciales del 7 de noviembre.Gore quiere fortalecer el equilibrio presupuestario alcanzado durante los ocho años de mandato de Bill Clinton. En 1992, el déficit era de 340.000 millones de dólares. Este ejercicio cerrará con un superávit de 81.000 millones. El programa demócrata propone utilizar estos fondos para fortalecer el deficiente sistema público de pensiones y critica la idea republicana de reducir los impuestos en 1,3 billones de dólares (250 billones de pesetas).

Gore no es muy prudente. Esto no es el New Deal de Roosevelt o la Gran Sociedad de Lyndon Johnson. El programa del entonces presidente Johnson, en los años sesenta, aumentó los gastos federales del 17% al 21% del PIB. La propuesta del vicepresidente va en sentido contrario, hasta disminuir los gastos de Washington en menos del 17,5%, el nivel más bajo de intervención de los últimos 40 años.