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La empresa de Bigastro que recibió cientos de millones en subvenciones cierra sin aviso

La mercantil Medifrost, una sociedad que recibió cientos de millones de pesetas de la Generalitat, el Ministerio de Economía y la Unión Europea para construir y explotar un negocio de congelados de hortalizas y frutas en Bigastro (La Vega Baja), ha comunicado a los trabajadores que ya no es propietaria de la firma y que ahora se limita a actuar de acredora, según declaró ayer el presidente del comité de empresatrabajadores acudieron el lunes a trabajar y se encontraron con que la dirección de la empresa había cortado el fluido eléctrico y clausurado la actividad.

El comité de empresa de Medifrost exigió ayer a la dirección de la mercantil que "al menos dé la cara" y despida a los trabajadores para que éstos regularicen su situación en el desempleo y puedan presentar las correspondientes demandas para recibir indemnizaciones. La situación actual es esperpéntica: los empleados acuden a su puesto de trabajo, pero ningún directivo aparece por los almacenes. La materia prima dejó de llegar y el fluido eléctrico ha sido cortado. Por las noches hacen turnos para velar por la seguridad del almacén, ya que el guarda jurado tampoco acude a su puesto de trabajo. El presidente del comité de empresa, Mariano Chinchilla, reclamó ayer explicaciones sobre el destino de las multimillonarias subvenciones públicas que ha recibido la firma, en la que participan dos hermanos del presidente de Bancaixa.

La empresa Medifrost se constituyó en diciembre de 1994, con un desembolso de capital de 700 millones de pesetas. Desde el inicio de su actividad se acogió a programas públicos que financian la incorporación de nuevas tecnologías a las empresas, y recibió cientos de millones de pesetas de las administraciones valenciana, española y europea. Pronto comenzó a acumular deudas -cerca de 3.000 millones de pesetas a finales de 1999- y a realizar expedientes de regulación de empleo. Con varias ampliaciones de capital, la mercantil trató de salir adelante, pero no logró enjugar las pérdidas. La compañía tiene comprometidos varios créditos con el Instituto Valenciano de Finanzas de la Generalitat, que tiene hipotecados los bienes de la compañía. Otros acreedores bancarios -Banesto y BBVA- poseen el mismo tipo de garantías.

Los trabajadores albergaron esperanzas de que el negocio saldría a flote el pasado mayo, con la incorporación en los órganos sociales del empresario italiano Bruno Bebber. Diversas fuentes consultadas aseguraron ayer que las negociaciones entre el último responsable de la empresa, Ricardo Climent Merelo, y Bebber se han roto. "No han llegado a un acuerdo y han desaparecido sin dejar rastro", dijeron varios trabajadores de Medifrost.

El alcalde de Bigastro, el socialista José Joaquín Moya, que dio facilidades desde el Ayuntamiento para la instalación de la factoría en el nuevo polígono industrial de la población, reclamó ayer a la Generalitat que intervenga para salvar la situación. "Sólo pido la mitad de la generosidad que la Generalitat y las finanzas valencianas están aplicando a Terra Mítica", indicó el regidor. Según Moya, la nueva tecnología que se aplicó al congelado de productos hortofrutícolas no ha dado el resultado previsto porque "al parecer", dijo, no había sido experimentada suficientemente.

A la vista de que los directivos llevan varios días sin aparecer por la empresa, el alcalde ha ordenado a la policía local que vigile las instalaciones por las noches, para evitar robos o destrozos en el almacén.

Los trabajadores señalaron ayer que seguirán acudiendo a la fábrica aunque la empresa haya cesado la actividad, para que luego no se les pueda acusar de abandono de los puestos de trabajo.

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