El director del Centro Mediterráneo pide más apoyo para los seminarios

El Centro Mediterráneo de la Universidad de Granada ha realizado "un balance positivo" de sus cursos de verano, a pesar de que sólo ha tenido 2.000 alumnos -400 menos que el año pasado- y se vio obligado a suspender tres de ellos por la escasa demanda de los estudiantes. El director del centro, Francisco García Casanova, ha anunciado su intención de no seguir en el cargo y augura momentos difíciles para su sucesor debido a la escasez presupuestaria: "Hará falta mucha fuerza de voluntad para mantener los resultados actuales sin más financiación".García Casanova asegura estar "cansado" de tener que "buscar cada año el 70%" de los 90 millones de presupuesto del Centro Mediterráneo. Por ello echa en falta más apoyo de la propia Universidad (que pone 6 millones), de instituciones públicas y empresas privadas. Y propone una solución para garantizar el futuro de los cursos de verano: "Que el Centro Mediterráneo se convierta en una fundación". Esto permitiría, según García Casanova, buscar financiación en Europa y, sobre todo, extender a todo el año las actividades del centro.

El director admite que la imposibilidad de impartir los cursos de verano en agosto frena notablemente su avance. "En Almuñécar, en agosto, no hay alojamiento para los alumnos. Y en julio y septiembre, cuando se celebran los cursos, los estudiantes están de exámenes".

Además, García Casanova considera indispensable aumentar las becas y pagar las de, al menos, el 50% de los alumnos. "Además de la matrícula deberíamos pagarle el alojamiento, para que los cursos no se conviertan en una oferta de élite".