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El euro roza su mínimo al descartar Duisenberg nuevas intervenciones

El euro rozó ayer su mínimo histórico frente al dólar. Unas sorprendentes declaraciones del presidente del Banco Central Europeo, Wim Duisenberg, descartando nuevas intervenciones de apoyo a la moneda europea acentuaron su debilidad. El euro se fijó en 0,8511 dólares aunque después cayó hasta los 0,8466, rozando el mínimo de 0,8476. Los ministros del Eurogrupo, reunidos anoche en Luxemburgo, se limitaron a ratificar la política defendida en los últimos meses, lo que incluye intervenciones en caso necesario.

Todo va bien en la economía europea, dice siempre el Eurogrupo, pero el euro no funciona. Cada sacudida política internacional se torna golpe bajo para la divisa europea y aliento para el dólar. El penúltimo ha sido la crisis de Oriente Próximo, que ha disparado los precios del petróleo y el billete verde. Unas declaraciones del presidente del BCE, publicadas ayer en el muy euroescéptico diario británico The Times, parecen el último golpe bajo.Wim Duisenberg admite que una ayuda americana para defender el euro es más difícil a medida que se acercan las elecciones presidenciales y afirma que no es apropiado que haya nuevas intervenciones debido a crisis externas como la de Oriente Próximo. El mercado, temeroso de apostar contra el euro desde la intervención coordinada de EEUU, Japón y el BCE hace tres semanas, llevó al euro hasta 0,8476 dólares, mientras el yen llegó a 91,58.

El Eurogrupo, que se reunió en Luxemburgo en un encuentro ya previsto de antemano, quiso restar importancia a las palabras de Duisenberg. "La política no ha cambiado respecto a septiembre pasado", declaró el presidente de turno del Eurogrupo y ministro francés de Economía y Finanzas, Laurent Fabius, reafirmando así que seguirá habiéndolas si es necesario. Fabius, no muy feliz por los comentarios del presidente del BCE, reiteró el mensaje machacado desde hace meses: la paridad del euro no refleja los fundamentos de la economía europea. Duisenberg, por su parte, no acudió a la rueda de prensa final tras la reunión del Eurogrupo y no habló ni a la entrada ni a la salida.

El comisario Pedro Solbes vino a añadir algo de angustia al Eurogrupo. Aunque ratificó la previsión de crecimiento en torno al 3,4% o 3,5% este año, también confirmó que se prevé una desaceleración en 2001. Y, sobre todo, trasladó una queja de calado a los ministros al subrayar que las reducciones fiscales previstas no siempre están acompañadas de un recorte del gasto estructural.

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