¿Es que no sabíamos lo que votábamos?
Algunos, el 13 de marzo nos llevamos las manos a la cabeza con la mayoría absoluta del Partido Popular. Entonces se nos acusó de alarmistas, y es que "España iba bien".Ahora sube el precio del litro de gasolina, que, para quien no lo sepa, por cada 100 pesetas que pagamos, 75 son impuestos estatales. Entonces ya no nos parecen tan exageradas las demandas de agricultores que piden rebajar impuestos.
Ahora se proyecta modificar la Ley de Extranjería, en julio, aprovechando las españolísimas vacaciones en la costa; con nocturnidad y alevosía pretenden colarnos un recorte drástico de derechos sociales que corresponden al extranjero como individuo no ciudadano. Entonces entendemos un poco más las manifestaciones de los inmigrantes en Almería.
Ahora, los datos sobre las listas de espera en los hospitales evidencian lo que hasta ahora oficialmente no se admitía: que en los hospitales no hay camas suficientes. Entonces, esperar más de un año por un trasplante nos indigna enormemente.
Entonces, ¿por qué se nos acusó de alarmistas, de predicar en el desierto cuando augurábamos lo que "su mayoría" iba a significar? De nada sirve el "ya lo dijimos" si después no pretendemos que eso no vuelva a suceder. No basta con la política de oposición del PSOE, de esperar cuatro años; hasta que no seamos un agricultor más en el campo, un inmigrante en El Ejido o un enfermo en lista de espera nada cambiará. Hasta que la tan nombrada democracia sea patrimonio de unos pocos, crean algunos que existe sólo cada cuatro años, seguiremos predicando en Seattle, en Praga o incluso en el desierto.- . .
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