Tarno, elegido presidente del PP de Sevilla con la censura de los críticos

Ricardo Tarno fue elegido ayer presidente del Partido Popular de Sevilla con menos votos de los previstos y en medio de la censura de los críticos, liderados por Miguel Ángel Arauz, concejal de Osuna y representante del grupo Bases Populares. La invalidación de 57 avales a cada candidato porque había existido duplicidad en los apoyos evitó que Arauz pudiese formalizar su candidatura a presidir esta formación en Sevilla. Esta decisión provocó el malestar de los críticos que interrumpieron varias veces el discurso de Tarno al grito de "tongo".

Proyecto plural

La polémica se desató pronto. Por la mañana, los dos aspirantes presentaron los avales necesarios para ser candidato a la presidencia, para lo que se necesitaban 147 firmas de los 954 compromisarios citados al congreso. Tarno registró 824 firmas, por 170 de Arauz. La organización analizó los avales y anuló 53 a cada aspirante por duplicidad, lo que dejó a Arauz con 113 apoyos, hecho que impidió que pudiera formalizar su candidatura a la presidencia.Los partidarios de Arauz presentaron una reclamación en la que se pedía que se reconociera como válidos los 57 avales anulados. Los críticos argumentaban que los avales duplicados pertenecen a compromisarios que habían transmitido a Ricardo Tarno que su firma era finalmente para Arauz, por lo que estos avales ya no podían considerarse duplicados sino que respaldaban a la lista crítica. Arauz afirmó que los avales no eran "dobles porque ha habido un documento de revocación" y explicó que son personas que en un primer momento dieron su apoyo a Tarno y que, posteriormente, decidieron darle a él los avales.

Esta petición fue rechazada por la mesa del congreso. Su presidente, el diputado Manuel Seco, justificó el rechazo a la reclamación de los críticos en que existe una resolución del Comité Nacional de Garantías del PP que considera nulos los avales duplicados si alguna de las partes implicadas -el avalado o el firmante- no está de acuerdo con la retirada de las mismas.

La medida irritó a los críticos que interrumpieron a Tarno en el discurso que dio por la mañana y en el que trazó las ideas que definen su proyecto. Arauz anunció que, pese a estar disconforme con lo ocurrido, acataba la decisión de forma "disciplinada" el resultado. "No vamos a impugnar el congreso porque somos profundamente democráticos y el descontento lo hacemos en nuestros órganos, por lo que lo que no vamos a enfollonar el partido", dijo Arauz, que añadió que Tarno se ha negado a renunciar a unos avales "de unos firmantes que le habían dicho que ya no le respaldaban". También aseguró que dispone de un informe jurídico que asegura que puede reclamar los avales pese a la negativa del avalado a devolverlos.

Por la tarde, cuando se conoció el resultado de la votación, se pudo comprobar que los contestarios eran más de los que inicialmente se intuía. De los 954 compromisarios que tenían que acudir al congreso sólo se presentaron 737 y de éstos sólo votaron 722. De los 722 votantes, 532 dieron su apoyo a Tarno (75,5%), 175 votaron en blanco (los críticos) y hubo 15 sufragios nulos. Fuentes del PP achacaron el voto crítico a la intención de la nueva dirección provincial de iniciar una profunda renovación en varios municipios de la provincia de cara a presentar nuevos candidatos en los próximos comicios locales de 2003.

Una vez proclamado presidente del PP de Sevilla, Tarno, que sucede en el cargo a Amalia Gómez, se esforzó en subrayar que quiere hacer un proyecto "plural". "Ricardo Tarno quiere ser un presidente para todos", afirmó el nuevo presidente del PP de Sevilla, momento en el que un crítico gritó: "A ver si es verdad". Un grupo de críticos abandonó la sala del hotel en el que se celebró el congreso cuando comenzó esta intervención de Tarno, quien se propuso "mejorar y renovar la organización".La clausura del evento corrió a cargo del secretario general del PP, Javier Arenas, y de la presidenta y del secretario regional, Teófila Martínez y Antonio Sanz, respectivamente.

Las alusiones a los críticos fueron más que evidentes en las intervenciones de Teófila Martínez y de Javier Arenas. La primera, en un tono que parecía una regañina a este sector, argumentó que ser militante es "trabajar en los pueblos, no estar poniendo chinitas en el camino a los que tienen responsabilidades". "Yo hablo muy claro, voy con la verdad por delante, y primero son los intereses de Andalucía y de Sevilla y luego los personales", afirmó Teófila Martínez.

Por su parte, Arenas subrayó que la "unidad del partido está por encima de todo" y que en el PP se respeta "la democracia interna", en referencia a los críticos, a los que también increpó por hacer públicas sus diferencias. "Las cosas se discuten dentro del partido. La moderación se practica dentro y fuera. El respeto hay que saber ejercerlo desde la mayoría y desde la minoría. Hay que saber ganar y saber perder", afirmó el dirigente popular, quien, no obstante, hizo una recomendación a Tarno para afrontar la nueva etapa en el PP de Sevilla. "Ricardo, pelillos a la mar con las cosas que han pasado", concluyó Arenas.