La Diputación invertirá 383 millones en mejorar el tramo de Bergara a Mondragón

El sinuoso trazado de la carretera GI-627 entre las localidades guipuzcoanas de Bergara y Mondragón representa actualmente un enredo para el intenso tráfico, sobre todo de mercancías, que diariamente realiza este recorrido. La Diputación de Guipúzcoa ha aprobado esta semana el proyecto de ensanche y mejora de esta carretera, por la que transita un promedio de 15.000 vehículos al día. Las obras tendrán un coste de 382,8 millones de pesetas (2,3 millones de euros) y comenzarán en febrero, según informó ayer el diputado de Carreteras, Antton Jaime.El tramo afectado comprende la distancia entre los cruces de San Prudencio y Epele, de 1.150 kilómetros de longitud. La solución elegida consiste en "una rectificación de las curvas", es decir, reducir su arco, para lo cual se modificará el encauzamiento del río Deba en dos puntos.

Jaime afirmó que esta carretera soporta un tráfico denso y lento, que origina atascos en muchas ocasiones. Con la mejora y ensanchamiento de la calzada, explicó el diputado, "se conseguirá que los vehículos puedan circular a 60 kilómetros por hora". Los cambios en el trayecto entre Bergara y Mondragón exigen también modificar la carretera que conecta con Oñati (GI-2630), que será alterada en una longitud de 130 metros. La intersección entre ambas carreteras se resolverá con una glorieta de 58 metros de diámetro, situada sobre el río Deba. La glorieta volada se construirá utilizando el actual puente y otro de nueva construcción alejado en 22 metros.

El periodo de ejecución de las obras se prolongará durante seis meses, luego estarán acabadas en julio del año próximo. Jaime aclaró que "se han proyectado desvios provisionales que permitirán mantener el tráfico mientras duren los trabajos, debido a la complejidad de los mismos".

Por otro lado, la Diputación ha adjudicado a la empresa CPA la restauración de la cúpula interior de la basílica de Loiola por un precio de 129,9 millones.