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Las federaciones de Madrid y Andalucía resolverán quién es el nuevo líder de IU

Carlos E. Cué

Ya está todo mucho más claro en Izquierda Unida. Julio Anguita y Rosa Aguilar han mostrado su apoyo a Gaspar Llamazares y los bloques están cada vez más definidos. Los equipos de los dos candidatos principales, Llamazares y Francisco Frutos, se dedican casi en exclusiva a hacer números y su conclusión es la misma: las federaciones de Madrid y Andalucía decidirán como siempre, pero, si el resultado en ambas es parejo, Llamazares lleva las de ganar.

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La estrategia que ambos candidatos han seguido hasta ahora es distinta y eso decanta los apoyos con los que cuentan. Francisco Frutos, basándose en la tradición de Izquierda Unida, se ha centrado en los dos ejes clave: Andalucía y Madrid. Teniendo detrás a dos dirigentes fundamentales que arrastran muchos delegados, como Felipe Alcaraz, secretario general del PCA, y Ángel Pérez, coordinador de Madrid, Frutos creía tener la Asamblea completamente resuelta. A ello le sumaba, en el resto de España, los fieles del PCE, seguidores de los cargos regionales del partido que controla como secretario general. Todo ello, unido a la buena imagen que obtuvo tras la campaña electoral del 12-M, formaba un bloque muy sólido.Pero el problema es que IU ha cambiado bastante en los últimos años, se ha fraccionado mucho más, el ambiente se ha enrarecido y las mayorías ya no son tan sólidas. Por eso Llamazares ha optado por otra técnica: recabar el apoyo de todas las federaciones no controladas completamente por el aparato del PCE, al que, sin embargo, él pertenecía desde hace muchos años; llamar a la puerta de las minorías ofreciéndoles entrar en la dirección y lograr el apoyo en la sombra, hasta ahora, de Julio Anguita, hacedor de todo en IU durante los últimos 12 años.

Anguita ya no tiene la fuerza de antaño; de hecho, tiene muchos enemigos, pero puede convencer a sus fieles dentro de la coalición y no tiene por qué espantar a los apoyos de Llamazares si éste garantiza que luego sabrá volar libre. En todo caso, el coordinador general ya explicó ayer por qué apoya al asturiano: "Representa alguien que puede continuar con mi proyecto en Izquierda Unida, pero, además, dándole nuevos impulsos y los cambios necesarios".

La situación actual, después de meses de desarrollo de estas dos estrategias, es bastante igualada, lo cual ya es en sí mismo una victoria para alguien que, dentro de IU, se enfrenta al secretario general del PCE, el partido hegemónico.

El sector crítico

La igualdad se da por una razón muy sencilla. Llamazares tiene ventaja en regiones muy importantes que cuentan con un porcentaje notable del total de 861 delegados, como la Comunidad Valenciana (63), Asturias (51) o Cataluña (46). En la primera, el apoyo incondicional del coordinador, Joan Ribó, le hace ganar. Para el asturiano, tener más del 50% de los votos en una comunidad significa un éxito porque en casi todas Frutos perderá una parte de los delegados que podría obtener porque se los llevará el sector crítico, liderado por Ángeles Maestro, muy molesto por el discurso anti-Anguita y a favor de los pactos que ha exhibido.En Asturias, la federación a la que pertenece, Llamazares domina con claridad. E incluso en Cataluña, a pesar de que Frutos es originario de allí y dirigente durante años del histórico PSUC, el asturiano tiene un dominio claro.

Algo similar ocurre en regiones más pequeñas. En algunas gana claramente Frutos, pero ésas se compensan con las de dominio del otro contendiente. En otras, como Aragón o Cantabria, los votos que deberían ser de Frutos los recogerá el sector crítico. Otras están marcadas por el hecho de que su coordinador apoya a Llamazares, como sucede en Euskadi con Javier Madrazo.

En la suma de todas estas comunidades, por tanto, Llamazares gana con cierta claridad. Pero el empate general, aunque tal vez ligeramente decantado hacia Llamazares, se da por Madrid y sobre todo por Andalucía. Aunque los partidarios de Pérez lo niegan, diversas fuentes del sector de Frutos admiten que en Madrid la igualdad es muy fuerte y que confían en la distancia de Andalucía para poder hacerse con la victoria. Aunque Pérez ha apostado claramente por Frutos sin llegar a hacer público su apoyo, una parte importante de la mayoría con la que gobierna su federación está con Llamazares.

La última esperanza de Frutos para remontar un resultado que se presume adverso está, por tanto, en Andalucía. Pero también allí las cosas han cambiado un poco. Felipe Alcaraz, líder del PCA durante los últimos 21 años, ya no controla completamente la federación y el grupo opositor, liderado por Concha Caballero y auspiciado por Rosa Aguilar y Luis Carlos Rejón, espera obtener un resultado superior al 45%. Esos votos deben pasar, al menos en teoría, de forma automática a Llamazares. Si el lunes, cuando se haga recuento de cifras finales, comprueba que su derrota se acerca, Frutos podría ceder a un pacto que implicaría no ser el líder, pero si la situación sigue muy igualada todos llegarán a una Asamblea clave con las espadas en alto.

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