"El ADO debe ser más elitista"

Realmente, Alfredo Goyeneche, el presidente del Comité Olímpico Español (COE), de 62 años, no fue consciente de la sensación de fracaso que había dejado la participación en Sydney hasta que pisó suelo español. Aún hoy se resiste a mirar de forma "catastrofísta" hacia los Juegos -"ahora parece que obtener diplomas no vale; ya me gustaría ver en qué otro campo que no sea el deportivo tenemos octavos del mundo"- , aunque sí admite y comparte la desilusión general por el pobre balance de medallas conquistadas y por el rendimiento concreto de algunos deportes -nombra la vela, el yudo, el atletismo y la natación, cada modalidad con sus particularidades-.En su reflexión, lo que suena más rotundo tiene que ver con el ADO, un programa que entiende debe regresar a su formato original, al espíritu con el que se creó en Barcelona 92. "Deber ser más elitista", afirma, "mucho más exigente". Goyeneche interpreta que fue una equivocación intentar cambiar un sistema que funcionaba. Y es ahí, aunque sin ánimo de polemizar, donde señala con el dedo al anterior secretario de Estado para el Deporte, Francisco Villar, con quien reconoce mantuvo diferencias de criterio: "Él entendió que el Plan ADO debía llegar a más gente y, pese a que traté de convencerle de lo contrario, abrió la mano del plan. El plan llegó a deportes que ni siquiera han estado presentes en Sydney. Se produjo una relajación alrededor del ADO desde el punto de vista de la permisividad, se metió a más gente, y considero que fue un error". Goyeneche propone modificar algún que otro detalle, como que el deportista becado reciba el dinero directamente del COE no a través de las federaciones, pero insiste en que lo fundamental "es endurecer los criterios, volver a los orígenes".

Aunque defiende como justa la numerosa participación española en Sydney, "porque todos se ganaron su presencia cumpliendo las mínimas que exige el COI", Goyeneche sí se muestra partidario de elevar el listón, de que España eleve las mínimas para poder ser representada, hacerlas más competitivas. Goyeneche no le atribuye una responsabilidad directa en la caída del medallero al vaivén político -los constantes cambios en la Secretaría de Estado para el Deporte-, pero sí se refiere a él como una cuestión negativa. Sobre todo, porque tanto cambio, en su opinión, ha generado una perjudicial falta de control sobre las federaciones, a las que reprocha cierta relajación reciente. Es en el intervencionismo sobre las federaciones donde Goyeneche reconoce cierta culpabilidad, como integrante del Plan ADO, por parte del COE: "Tal vez deberíamos haber estado más encima de determinadas planificaciones. Pero también hay que reconocer que no había demasiados indicios para detectar los resultados negativos que se han producido en algunos deportes. Nosotros dejamos bien claro a todos los técnicos que la planificación debería tener como objetivo prioritario los Juegos, no podíamos hacer más. Si luego resulta que Yivanévskaia, por ejemplo, llega mejor a los Europeos e incluso paga en Sydney el esfuerzo de entonces...". Pese a todo, insiste en no hablar de fracaso: "Hemos estado al borde del metal en muchas pruebas. Y, además, el medallero no mide el nivel deportivo de un país". Por lo demás, Goyeneche envía otras propuestas para el debate: adecuar la Ley del Deporte a la particularidad de cada deporte -"ahora está pensada en el fútbol"- y aprobar de una vez una ley de mecenazgo que favorezca el patrocinio de los deportistas.