Fernández-Armesto: "Sólo se sanciona a inversores incautos"
Juan Fernández-Armesto Fernández-España (Nueva York, 47 años) dejó la presidencia de la CNMV el pasado día 4. A los cuatro años justos de su nombramiento. A juzgar por sus palabras, su labor ha quedado incompleta. En esta entrevista, critica duramente a las entidades financieras por la falta de colaboración para mejorar su funcionamiento, aboga por más cambios normativos y se muestra muy insatisfecho con la eficacia de las medidas sancionadoras.Pregunta. Usted pide más independencia para la CNMV. Más que de independencia, el problema es de debilidad política y legal.
Respuesta. ¿Debilidad política? Nunca me he sentido presionado. En estos últimos cuatro años, lo que me ha sorprendido más es que nunca he tenido ningún tipo de presión, quizás porque no invito a que se me presione. Sobre la legal, tenemos una normativa de hace casi 15 años en la que no hay independencia funcional. La CNMV propone las sanciones, el ministerio las aprueba y, excepto para las leves, el Consejo de Ministros las impone.
P. Desde aquí se puede hacer muy poco en materia de información privilegiada, de manipulación de las acciones... Y la capacidad de sanción es mínima.
R. Todos los supervisores europeos nos sentimos muy insastifechos con la eficacia de las medidas sancionadoras. Cuando miras a quién se ha sancionado por información privilegiada, normalmente son pequeños inversores incautos que han invertido a pecho descubierto. En cambio, la lógica nos indica que los que tienen más acceso a la información privilegiada y la utilizan con más beneficio -perjudican más al mercado- son los grandes inversores. Se demuestra que la vía de intentar sancionar no está coronada de grandes éxitos. Porque la normativa adolece de defectos y porque son infracciones fáciles de ocultar, y difícil de probar y sancionar. ¿La solución? Necesitamos no leyes perfectas, sino pluscuamperfectas y medidas preventivas. Y un organismo independiente con facultades para sancionar.
P. Mucho más duras.
R. Y mucho más exigentes. El supervisor ve cuando hay información privilegiada en un valor. Porque ve que, justo antes del hecho relevante, aumentan los volúmenes y los precios. Sabemos que ha habido filtración.
P. ¿Ha fallado usted o no le han dejado hacer?
R. Hay una insatisfacción, no tengo ningún problema en decirlo: el sector financiero español no se involucra en mejorar, en proponer, en criticar el funcionamiento de su Comisión. No se ve esa participación social con propuestas, con críticas, algo que tienen otros mercados. Creo que en estos cuatro años no ha habido ni una sola propuesta ni de los grandes bancos diciendo: "Queremos que mejore, que haga esto". Es la postura de no preguntar, no participar, no vaya a ser que demos ideas.
P. ¿Cómo se explica que no haya una reacción política a esa situación?
R. En junio de 1999 propuse en el Congreso cambios en la normativa para luchar contra la información privilegiada. Por lo tanto, no creo que se pueda pedir más a un supervisor que analice, estudie y proponga. Aparte de eso, durante mi mandato la comisión creó una unidad volcada en la inspección que ha duplicado el número de sanciones impuestas en materia de información privilegiada, ha intensificado la vigilancia, ha investigado a 3.000 personas.
P. ¿Qué le queda por hacer a la Comisión o a la Ley de Valores para cubrir todos esos frentes?
R. Sin duda, queda la gran modificación de la normativa sobre información privilegiada, manipulación, medidas preventivas y sistema de sanción. Y completar la normativa sobre el gobierno de las empresas. Estoy muy satisfecho y orgulloso de la creación de un código voluntario y su transparencia, pero el paso siguiente es introducir modificaciones en la Ley de Sociedades Anónimas.
P. El resultado de las iniciativas para el gobierno de las empresas ha sido decepcionante.
R. Yo pondría un poco en duda el término decepcionante. Todo la reforma está basada en el concepto de consejero independiente. Es decir, la idea de que entre esos millones de inversores hay unas personas que representan sus intereses frente a los accionistas significativos. Y eso es acertado. Pero para que sean realmente independientes hacen falta procesos de elección muy objetivos y estructurados. Y que realmente sean independientes. En una sociedad como la nuestra, la independencia es un valor difícil. Y luego las medidas de defensa anti OPA, el blindaje, necesitan regularse. Tenía razón de ser con OPA parciales, pero hay que cambiar la normativa y hacer obligatoria la OPA al 100%. E inmediatamente, suprimir el blindaje para que los accionistas minoritarios se beneficien de una OPA sobre el 100% del capital.
P. ¿Cómo asegurar la presunción de independencia para tener un supervisor independiente?
R. En la Ley de Valores no aparece la palabra independencia por ningún lado. El Banco de España tiene un declaración expresa en la que se dice que es independiente. Además, su normativa prevé que el subgobernador sea nombrado a propuesta del gobernador y que los consejeros son nombrados oído el gobernador. Son normas bien pensadas: ayudan a la independencia personal y funcional.
P. ¿Quiere decir que el vicepresidente de la Comisión sea propuesto por el presidente?
R. Mi opinión es que la normativa del Banco de España es sabia.
P. Nos gustaría que se defendiera de las acusaciones de desorden interno.
R. Lo único que puedo contestar a eso es que, si no me falla la memoria, todas las decisiones que se adoptaron en la Comisión fueron unánimes. Y que entre el presidente, el vicepresidente y los consejeros no hay dependencia jerárquica.
P. Pero además de las decisiones que se han tomado por unanimidad, en la CNMV se han filtrado disensiones.
R. No tengo nada que comentar.
P. Perdone, pero estamos hablando del asunto Telefónica, que le ha hecho comparecer en el Parlamento y puso en duda su independencia y rigurosidad.
R. ¿Qué se puede pedir a un supervisor? Tres cosas. Una, que sea diligente; dos, que se ajuste al procedimiento legalmente establecido, y tres, que sus decisiones se ajusten a derecho. Se ha investigado dos veces; se ha llegado al mismo resultado: que, técnicamente, no había información privilegiada; y si no había información privilegiada no se puede sancionar. Creo, además, que si no hubiera investigado, el resultado habría sido el mismo: que el consejo de Telefónica habría decidido cambiar a su presidente.
P. Háblenos de su sucesor o sucesora
R. Le deseo la mejor de las suertes.
P. ¿Qué recomendaciones le haría?
R. Será un profesional del mercado de valores y sabrá lo que tiene que hacer.
P. ¿Recomendaría a alguien del consejo ?
R. Es una decisión del Gobierno, que lo último que necesita son recomendaciones del anterior presidente.
P. ¿No le hubiera gustado hacer a usted las reformas?
R. Para un profesional del Derecho Mercantil no hay tarea intelectualmente más gratificante que preparar una legislación.
P. Podría haber seguido aquí cuatro años más.
R. Para cuatro años más faltan dos elementos. Uno: una decisión del Gobierno. Y dos: una voluntad mía de continuar. Hace tiempo que decidí no continuar: así se lo dije al presidente del Gobierno en abril, justo después de las elecciones, y se lo volví a decir hace unos días.
P. ¿Telefónica fue la gota que colmó el vaso?
R. Ese análisis no es cierto. Fue ya antes. Inmediatamente después de las últimas elecciones.
P. ¿Qué va a hacer ahora?
R. No sé cuál será mi camino. Volveré a la Universidad, eso seguro, y a ejercer el Derecho. A lo mejor como árbitro independiente. Pero nunca volveré a defender intereses en el mercado de valores en España.
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