"Es rentable que el trabajador esté en el sitio de sus anhelos"

Manuel Robles (Águilas, Murcia, 1952), profesor universitario y director del Centro de Servicios Multimedia de la Fundación Universidad Empresa de Murcia, ha acumulado experiencia en todos los escalafones del mundo empresarial. Ahora ha volcado su visión cargada de ironía en La (indi)gestión empresarial, un CD-Rom que se presenta como un divertimento, pero intenta impulsar la reflexión de empresarios y trabajadores.Pregunta. ¿Qué es lo que contiene La (indi)gestión empresarial?

Respuesta. Es una parodia, que no significa faltar al respeto, de lo que yo he visto en la empresa a lo largo de 39 años, desde ser el último mono a la dirección, pasando por la consultoría y las clases de la Universidad. Es una visión irónica y crítica de la empresa.

P. ¿Cuáles son sus críticas?

R. He visto sistemas muy rígidos; quieren tratar al ser humano como si fuese un objeto, una máquina más para producir. Y el ser humano es, fundamentalmente, sujeto. Yo veo la empresa como la unión de una serie de personas, que aporta cada una lo que tiene: dinero, ideas o trabajo. Los instrumentos que se generan para controlar y analizar el mundo de la empresa son muy superficiales.

P. ¿Por ejemplo?

R. Una de las razones fundamentales de los conflictos es que es muy difícil encontrar a personas que piensen de sí mismas que son deshonestas o tontas, que ganan más de lo que realmente merecen o que ocupan un puesto por encima de sus posibilidades. Son conceptos muy subjetivos. Esto produce fricciones y actitudes que desde un punto de vista irónico, con humor, pueden resultar muy graciosas.

P. ¿Y cómo se traslada ésto a la realidad empresarial?

R. Los instrumentos que utilizan para analizar la empresa sí son objetivos, ésa es la diferencia. En el balance de situación, por ejemplo, no figura ninguna persona de la empresa.

P. ¿Cree que la valía de los empleados tendría que quedar reflejada en el balance?

R. Yo hablo de que hay una carencia, porque entramos en lo subjetivo, que es muy dificil de valorar. No sé cuál debe ser la forma de valorarlo.

P. ¿Es partidario de evaluar periódicamente la competencia de los trabajadores en la empresa?

R. Lo que habría que hacer desde la dirección es ver si cada uno de los miembros de la empresa está en el lugar que debe estar, en el sitio que responde a sus apetencias, a sus anhelos.

P. ¿Es rentable?

R. Hombre, claro que es rentable. El rendimiento es mucho mayor si el trabajador se siente empresa. La tendencia de hacer contratos temporales está impidiendo que la persona afectada se sienta empresa, esté más pendiente de otras oportunidades. En el análisis de costes a una persona no se le hace fija porque si es necesario llegar al despido, hay que pagar una indemnización. Estoy convencido, en cambio, que resulta más cara la falta de contribución de esa persona por no estar fija. El trasfondo es el ser humano.

P. ¿Qué consecuencias tiene la falta de atención a las personas en la empresa?

R. No se trata a las personas al nivel que se les debería tratar. Una falta grave puede suponer un despido, y nadie analiza las circunstancias en las que cometer un error. ¿Gana más la empresa despidiendo a una persona o dándole la oportunidad de seguir adelante? La fidelidad que se gana es más importante. La rentabilidad hay que medirla de una forma más global, no en términos estrictamente económicos.

P. ¿Cómo lo haría?

R. La rentabilidad es el grado de satisfacción de todas las personas que componen la empresa.

P. Pero si todos están muy satisfechos y no hay beneficios para los accionistas...

R. Digo satisfacción para todos, también para los accionistas.

P. ¿De todos ellos, a quién está dirigido La (indi)gestión empresarial?

R. A gente que trabaja en la gestión, a todos los niveles, para que sigan un proceso divertido, con una gran carga de humor que quite seriedad al trabajo en la empresa, y que les lleve a la reflexión sobre el elemento humano, para que se acerquen a los otros con más comprensión. Pero quiero advertir que es un trabajo antireceta.