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El acusado de matar a su hijastro, de cinco años, asegura que no lo hizo y dice que tiene "la conciencia tranquila"

"Tengo la conciencia muy tranquila porque yo no tengo nada que ver con este niño. Yo no lo maté. Yo lo quería como un hijo". Son palabras de A. B., un hombre de nacionalidad marroquí acusado de causar la muerte a golpes de su hijastro, un niño de cinco años. Los hechos ocurrieron el 30 de mayo del año anterior en el número 62 de la calle de Embajadores.A. B. declaró ayer en la Audiencia Provincial de Madrid en el primer día del juicio con jurado popular que se sigue por este caso. El fiscal pide para el acusado una pena de 15 años de prisión por homicidio con el agravante de abuso de superioridad y de parentesco. La defensa solicita la absolución.

Según el representante del ministerio público, A. B. propinó varios golpes en la cabeza y el rostro del pequeño, lo que le causó una hemorragia cerebral que acabó con su vida. El niño era fruto de una relación anterior de su mujer. La pareja tiene un hijo en común de tres años.

El fiscal recordó que existe otro proceso judicial paralelo en el que se acusa a A. B. y a su mujer de situación de abandono de un menor. "El acusado no quería al niño porque no era suyo", señaló el fiscal. Esto, explicó, motivó el homicidio del pequeño.

La defensa de A. B., el letrado Marcos García Montes, sostiene que su representado no se encontraba en el domicilio cuando se produjo la muerte del menor, que pudo haber sido provocada por una caída (tropezar en el suelo) o una precipitación (caer desde algún punto elevado). Entre sus argumentos, García Montes destacó el hecho de que la madre del niño muerto continúa unida sentimentalmente a A. B. "Porque no cree que él haya sido el culpable". Además, asegura que el acusado padecía en el momento de los hechos un cuadro psiquiátrico de alcoholismo crónico.

En su relato, A. B. reconoció que es "carterista" y que el día de los hechos -era domingo- se dirigió al estadio Santiago Bernabéu a trabajar. "Necesitaba dinero", afirmó. Al salir del domicilio dejó al pequeño solo y dormido. "Cuando regresé a casa el niño estaba tumbado en el suelo. Se veía que estaba mal. Lo llevé al baño y cuando lo estaba duchando noté que tenía un golpe en la cabeza y un color un poco raro. Además, se había hecho caca y dijo que tenía frío". A. B. contó que después llamó a su mujer y que, al llegar, ésta se puso "histérica". "¿Por qué no avisó a una ambulancia?", le preguntó el fiscal al acusado. "No lo sé. Primero llamé a la madre", respondió A. B. El juicio continúa hoy.

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