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Entrevista:FERNANDO LEÓN DE ARANOADIRECTOR Y GUIONISTA DE CINE

"La escritura del guión es el proceso más creativo del cine"

Maribel Marín Yarza

Fernando León de Aranoa (Madrid, 1968) sorprendió por la orginalidad de Familia y con Barrio demostró que su sólida incursión en el mundo del cine no fue fruto del azar. El director y guionista, coautor de textos de series como Turno de oficio, es uno de los nombres indiscutibles de la nueva hornada de realizadores españoles, además de cabeza visible del cine social. Ahora vuelve a las pantallas como coguionista de La espalda del mundo, de Javier Corcuera, un largometraje que convierte el arte en una forma de compromiso. El director, el productor Elías Querejeta y León de Aranoa firman el guión de esta cinta que critica, a través de las víctimas, la vulneración constante de derechos humanos que se sufre en determinados países.

Pregunta. Sus películas están siempre apegadas a la realidad. ¿Su próximo proyecto también lo estará?

Respuesta. Sí, estoy trabajando en un guión para un largometraje de ficción sobre el desempleo. Hay una lógica en todo esto. La realidad te interesa, te preocupa, es de lo que te pasas el día hablando en los bares. Así que creo que lo más honesto cuando vas a realizar una película es elegir un tema del que te guste hablar habitualmente. En realidad, se trata como de prolongar las tertulias. En el caso de La espalda del mundo hablamos de tres países que legislan en contra de los derechos humanos, de la situación concreta que viven los niños que se ven obligados a trabajar, los condenados a muerte, quienes están encarcelados por decir lo que piensan.

P. ¿Ese compromiso es el sello de los nuevos realizadores?

R. Parece que últimamente se retoma ese cine social, pero creo que es algo cíclico; hubo un momento en el que la industria del cine se separó más de la realidad.

P. ¿Por qué?

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R. Creo que porque es un buen momento para el propio cine. Había épocas en las que había más inseguridad y precisamente porque la industria era más débil, se buscaba hacer películas que sobrevivieran en la taquilla. Y siempre se ha pensado que el cine social es menos comercial o por lo menos para minorías, lo cual es una pena. Ahora en parte se ha perdido un poco ese miedo porque ha habido algunas películas que, a pesar de tocar temas realistas y más o menos duros, han funcionado bien.

P. Ha dirigido películas sobre guiones propios. ¿Cuál de las dos facetas le resulta más difícil?

R. Dirigir, porque he escrito mucho más de lo que he dirigido y siento que es más mi oficio. Pero además la escritura del guión me sigue pareciendo el momento más creativo de todo el proceso. Es donde aparece la historia y nacen los personajes. Luego llega la hora de rodar y desde luego haces crecer a los personajes y los mejoras, pero de inventarlo hasta enriquecerlo hay un paso. Para mí el rodaje es una reescritura del guión con otros medios.

P. ¿Entonces, no se plantea dirigir una cinta con un guión ajeno?

R. Nunca se sabe, pero en principio creo que me resultaría difícil. Cuando empecé a rodar Familia, por ejemplo, tenía 25 años y me sentía el más joven del equipo. Parte de esa inseguridad la suplía el hecho de que yo había escrito la historia. Sentía que eso me autorizaba a estar allí y a decir a los profesionales cómo quería las cosas. Sólo he dirigido una vez un guión ajeno; rodé varias escenas de una segunda unidad para Turno de oficio. Algunas eran mías y otras de mis compañeros. El guión me llegaba por correo y yo pensaba que por qué le iba a decir al actor cómo debía actuar.

P. ¿Le ocurriría lo mismo con adaptaciones de novelas?

R. No me lo he planteado, pero supongo que es distinto, porque con una adaptación intentas hacer tuya la historia y reescribirla.

P. El auge de las adaptaciones literarias, ¿se debe a la falta de creatividad?

R. No, los autores de las novelas la aportan en este caso. No creo que sea una falta de creatividad. Creo que hay mucha gente con historias excelentes.

P. ¿La televisión ha contribuido a ese aspecto?

R. Estoy convencido. Antes de hacer un solo guión para cine, me hinché a escribir teleseries, programas de televisión,... A escribir se aprende escribiendo y la televisión es una gran escuela. Pierdes el miedo a la presión y aprendes a dialogar a la fuerza cuando estás encerrado en uno o dos decorados.

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