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Unamunismo

Una ciudad se fortalece y se torna grande cuando honra la memoria de sus mejores hombres. Y don Miguel de Unamuno es uno de los más insignes y universales de cuantos nacieron en Bilbao. Quien fuera rector de la Universidad de Salamanca, además de llevar la cátedra de Griego, dedicó la mayor parte de su existencia al pensamiento escrito. Ese pensamiento se diversificó en las especialidades de novela, teatro, poesía y filosofía.Se sabe que Unamuno pedía a los demás que supieran indignarse. De la escritura en lengua francesa le gustaban León Bloy, Juan Jacobo Rousseau y Flaubert, porque sabían indignarse. "No me gusta Anatole France", decía, "porque no sabe indignarse". Las permanentes indignaciones de don Miguel de Unamuno -repetimos lo del don, porque hasta Pío Baroja le llamaba don Miguel- creaban un clima idóneo para arremeter contra esto y aquello, que es como decir contra todo y contra todos. De la incultura de sus paisanos coetáneos, aquellos que llamamos nuestros mayores, refería Unamuno que en Bilbao llamaba menos la atención el transeúnte con una langosta en la mano que el que portaba un libro.

Además de pensador profundo, Unamuno era un excelente poeta. Rubén Darío aducía que la poesía del vate bilbaíno estaba forjada con "versos de duro perfil, versos sólidos". Más modernamente, Andrés Trapiello, en la introducción al Cancionero de Unamuno, transcribe uno de los versos unamunianos -"y hacerme uno entre tantos como he sido"- para recordar que ese verso y otros de parecido corte sirvieron enormemente a Jorge Luis Borges para la construcción de algunos de sus propios poemas.

No obstante, el Unamuno más próximo y comprensible tal vez se encuentre en sus ensayos. En especial por la variedad de los temas. Lo mismo aborda un tema trascendental como se pierde en una aparente, sólo aparente, nadería. Pero para una cosa y otra pone su máximo ardor. No hay tema pequeño para él, mientras suscite en su interior la pasión por escribirlo.

Con relación a su novela Paz en la guerra, cuyo tema, como se sabe, alude al bombardeo de Bilbao por los carlistas, que Unamuno vivió siendo niño, en el ensayo titulado A lo que salga indica que esa novela empezó por ser lo primero de todo un cuento.

Todo lo que abordaba don Miguel estába cargado de humanismo, que se parece tanto a unamunismo. Terminamos con uno de sus más genuinos pensamientos: "Antes quiero verdad en guerra que no mentira en paz".

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