El grupo sólo dispone de "siete u ocho" activistas dedicados a atracos

Los GRAPO sólo disponen de "siete u ocho activistas" que se han especializado en atracos para la "requisa de fondos" con los que subsanar los "problemas económicos" que están atravesando, según fuentes policiales. Además de un puñado de históricos, como Fernando Silva, la banda ha reclutado en los últimos años a miembros de movimientos radicales y a "delincuentes comunes", que supuestamente habrían participado en los últimos meses en "tres o cuatro atracos", uno en la calle de Bravo Murillo de Madrid, e incluso en el asalto a un furgón en Barcelona.El asalto a los furgones fue abandonado temporalmente por los GRAPO tras la detención en una intentona de tres activistas en Santander en diciembre de 1992 y la muerte de otros tres al explotar una bomba colocada en un furgón en Zaragoza, en abril de 1993. Los GRAPO, con 80 víctimas en su haber desde 1975, estuvieron prácticamente en letargo desde el secuestro del empresario Publio Cordón, el 27 de junio de 1995, de quien jamás se ha vuelto a saber, pese a que la organización mantiene que lo liberó el 17 de agosto de ese año, tras el cobro de 400 millones.

Este secuestro trabó la negociación que inició el Gobierno socialista y continuó el PP para lograr la disolución de los GRAPO, quienes reclamaban la liberación de sus presos más antiguos y la legalización del Partido Comunista de España Reconstituido (PCEr). Las negociaciones quedaron rotas con una oleada de bombas contra edificios públicos. La colocación de artefactos ha coincidido en los últimos años con el aniversario de la primera acción oficial de los GRAPO: el asesinato en Madrid de cuatro policías, el 1 de octubre de 1975. El PCEr, nacido en 1975 de la Organización de Marxistas Leninistas Españoles, celebró hace tres años un congreso en la clandestinidad del que surgió una "línea programática" que proclamaba la vigencia de la lucha armada.

El partido está dirigido por una comisión liderada por Manuel Pérez, el camarada Arenas.