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Sydney 2000 BALONCESTO

Americanos de carne y hueso

Lituania tuteó y superó durante mucho tiempo a una mediocre Estados Unidos, pero acabó perdiendo

Robert Álvarez

El triple de Jasikevicius en el último segundo no entró y la selección de Estados Unidos, la cuarta que bebe por completo en las fuentes de la NBA, se fue con su imbatilidad bajo el brazo camino de la final olímpica. Pero si los lituanos no lograron romper la condición de invictos, sí que dejaron hecha trizas el áurea que rodea a los combinados de la NBA; algo que, por su forma de desenvolverse en la pista y fuera de ella, no parece importar demasiado a este sucedáneo de Dream Team, una versión que no resiste comparación posible con el auténtico, aquella maravilla del 92 en Barcelona.Lituania, que hace una semana ya había dejado en nueve puntos el margen de los americanos en un serio aviso de lo que podía sucederles si no trabajan más sus partidos, ofreció ayer más que una réplica. Durante muchos momentos fueron los lituanos los que manejaron la situación y durante 15 vibrantes minutos finales, después de haber venido desde muy atrás en el marcador (50-36), pusieron literalmente contra las cuerdas al atribulado Rudy Tomjanovich y sus chicos. El comisionado de la NBA, David Stern, debió quedar atónito y tomar nota para que no se vuelva a permitir que las grandes figuras como O'Neal, Duncan o Bryant se tomen el lujo de renunciar a la selección como ha sucedido esta vez. Porque Garnett, Mourning, Kidd y Carter no han podido llevar a este equipo a gran cosa más que, a duras penas, preservar su imabitilidad.

LITUANIA 83 / ESTADOS UNIDOS 85

Lituania: Jasikevicius (27), Siskauskas (5), Stombergas (11), Einikis (2), Songaila (12) -cinco inicial-; Zukauskas (6), Timinskas (11), Masiulis (7), Giedraitis (2), Marciulionis y Maskoliunas.Estados Unidos: Payton (2), Houston (7), Carter (18), Garnett (12), Mourning (16) -cinco inicial-; Kidd (6), McDyess (2), Allen (9), Smith (7), Baker (4), Hardaway y Abdur Rahim (2). Árbitros: Zancanella (Italia) y Dorizon (Francia). Excluyeron por personales a Stombergas, Mourning y Songaila. Unos 14.700 aficionados en el SuperDome.

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El equipo de Estados Unidos volvió ayer a dar muestras de la escasa preparación y seriedad con la que se ha tomado las cosas en Sydney. Si han mantenido el tipo ha sido gracias al músculo, a la defensa y al uno contra uno con el que imponen su calidad individual, por otra parte cada vez menos distante de la de algunos jugadores europeos. Ayer, por ejemplo, el base lituano, fichado para la próxima temporada por el Barcelona, Sarunas Jasikevicius, les pasó la mano por la cara a dos tipos de la categoría y el caché de Payton y Kidd, los bases del Seattle Supersonics y del del Phoenix Suns.

Los lituanos consiguieron de primeras abrir la defensa interior de los estadounidenses a base de triples. La capacidad para leer las defensas de dos contra uno y superar la presión por toda la pista que practica de forma permanente Estados Unidos le dio resultado a Lituania, que a pesar de ser inferior en el rebote (26 por 37 de sus rivales), se mantuvo en el partido gracias a una maravillosa capacidad ofensiva. Una demostración más de la posibilidad de jugar un baloncesto de ataque y de mantener un mano a mano con quien sea sin necesidad de recurrir al baloncesto control al que se apuntan la mayoría de selecciones europeas.

Durante los 15 largos pero emocionantes últimos minutos, desde que recuperó la delantera en el marcador (56-54), Lituania tuvo un pie sobre el cuello de los estadounidenses. Y eso que no cuenta en Sydney con dos de los jugadores que se le ha llevado la NBA, Sabonis e Ilgauskas, ni tampoco con otra de sus figuras, Karnisovas. Y eso que Einikis, su pívot más curtido, sufrió una lesión a poco de empezar que le mantuvo sentado casi todo el partido. Pero entre Jasikevicius, Timinskas, Stombergas y Songaila y sobre todo jugando más en bloque, con una coordinación ofensiva mucho más preparada y con no menos descaro y personalidad que los estadounidenses, Lituania mantuvo el pulso hasta el final.

El marcador llegó un punto arriba un punto abajo a los últimos instantes. Una falta de McDyess a Siskaukas cuando éste lanzaba un triple le dio la ocasión a Lituania de situarse con tres tantos de ventaja a 43 segundos para el final pero el jugador lituano falló dos de sus tres tiros libres (81-80). A partir de ese momento fueron decisivos los rebotes en ataque que capturó Estados Unidos por mediación de McDyess y que redimió de los errores en los tiros libres de Garnett y Kidd (85-83): Pero aún así Lituania tuvo posesión de balón en la última jugada con 4.6 segundos por consumirse. Jasikevicius se la jugó en el último segundo pero con McDyess y Kidd tan encima suyo que el triple era imposible.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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