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El Ejército serbio cree que Milosevic aceptará la decisión de la población

El Ejército de Yugoslavia y la policía de Serbia, últimos soportes del régimen autócrata de Slobodan Milosevic, lanzan un mensaje conciliador y dejan entrever, de forma más o menos velada, una cierta disposición para aceptar el triunfo del candidato presidencial de la Oposición Democática de Serbia (DOS), Vojislav Kostunica. "Creo que Milosevic no ordenará intervenir contra el pueblo y respetará su elección", dijo el jefe del Estado Mayor del Ejército.

El jefe del Estado Mayor del Ejército de Yugoslavia, el teniente general Nebojsa Pavkovic, es un hombre de absoluta fidelidad a Milosevic y su esposa, la profesora de Sociología Mira Markovic, dirigente de la comunista Izquierda Unida Yugoslava (JUL). Pavkovic mandó al cuerpo de Ejército de Kosovo durante los bombardeos de la OTAN. Al final de la guerra Pavkovic recibió las mayores condecoraciones y ascendió al mando supremo del Ejército. Tras unas declaraciones en tonos belicistas y amenazadores para la oposición, en las que se refirió a la fecha electoral como "el día D", Pavkovic parece haber pisado el freno de emergencia y metido a fondo la marcha atrás.En declaraciones a la cadena de televisión France 3, afirma Pav-kovic: "Creo que el presidente Milosevic no ordenará nunca al Ejército intervenir contra el pueblo y que respetará su elección. El problema es cómo saber qué hará la otra parte". A la pregunta de cómo reaccionaría si recibe la orden de intervenir, responde Pavkovic: "El Ejército está por completo fuera de la esfera política y no ha interferido nunca en la política". Según el general, "las elecciones se organizan para que alguien las gane. Nosotros aceptaríamos los resultados, sean como sean". Para Pavkovic, "no hay motivo para que el Ejército dispare contra el pueblo. Sólo intervendrá en caso de agresión extranjera". Deja Pavkovic un aire de duda sobre Kostunica, al responder a la pregunta de si el candidato opositor puede defender los intereses de Yugoslavia: "No lo sé, pero en el periodo anterior a las elecciones hubo actividades que serían contrarias al interés del pueblo y del futuro de Yugoslavia".

El tono de Pavkovic parece conciliador, como si tratase de tender puentes hacia un futuro sin Milosevic. En el mismo sentido se comportó la noche del miércoles la policía serbia ante la gigantesca manifestación opositora, que inundó las calles del centro de Belgrado con unas 200.000 personas.

Sin manifestarlo de forma expresa, el mensaje policial entra dentro de la comunicación no verbal y podría hablarse incluso de lenguaje corporal: las fuerzas de la represión brillaron por su ausencia. Observadores comentan que tan sólo se apreciaba la presencia de policías encargados de regular el tráfico a una distancia de medio kilómetro de la manifestación. Si hubiesen querido lanzar un mensaje intimidatorio, habría bastado con colocar a unidades antidisturbios en las cercanías de la plaza escogida para la manifestación.

La agencia Efe informa de que la coalición DOS logró incluso un acuerdo con el Ministerio del Interior de Serbia: "La coalición DOS tomó el centro de la capital sin que se viera ningún policía, tras el primer acuerdo en 13 años entre la oposición y el ministro del Interior, Vlajko Stojiljkovic".

La postura de las fuerzas armadas y policiales induce a pensar que, rendidas ante la poderosa fuerza de lo fáctico, las ratas abandonan el barco.

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