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Sydney 2000

Lozano sigue golpeando

El púgil cordobés vence al norcoreano Kim y disputará el oro al francés Asloum

Rafael Lozano ya es de oro o plata. Mañana (a partir de las 04.00) lo disputará en la categoría mínima de los 48 kilos con el francés de origen argelino Brahim Asloum, que ha vencido a los dos grandes favoritos: ayer al cubano Mikro Romero, campeón en Atlanta 96 en la categoría superior de peso y, antes, en octavos de final, al estadounidense Brian Viloria. Sin embargo, Lozano le ganó por puntos en el torneo preolímpico. "Pero eso no quiere decir nada, es un tremendo boxeador", dijo el español.El pequeño cordobés subió ayer otro escalón al ganar su tercer combate, en semifinales, ante el norcoreano Un Chol Kim, que se repartirá el bronce con Romero. Lozano ya lo tenía antes de empezar, pero lo lleva diciendo desde que llegó a Sydney y lo repitió tras el combate: "Yo vengo a por todo, no me conformaba con el bronce. Ahora, si consigo la plata, pues bien, si es el oro, mucho mejor".

El zurdo púgil español hizo otra demostración de calidad y estrategia para superar ya su bronce de Atlanta 96. Si en el primer combate Lozano se tuvo que ir a fajar con el filipino Lerio porque le ganaba con su mayor envergadura, y en el segundo conservó la ventaja ante el keniano Bilali que ya le daba el bronce, ayer hizo parte de ambos. El norcoreano, un poco más alto que el español, trataba de esperarle para sacar su izquierda, pero Lozano ha demostrado que se cubre a la perfección y que tiene una gran calidad y rapidez para contragolpear.

De nuevo las indicaciones sobre la puntuación venían desde las gradas al rincón del boxeador español para que supiera llevar más estratégicamente aún las operaciones. El príncipe Felipe, sin la Reina y la infanta como en la gimnasia rítmica, también iba conociendo las puntuaciones que salían de las gradas de prensa a través del secretario de Estado para el Deporte, Juan Antonio Gómez Angulo, que volvía la cabeza al final de cada asalto. El primero lo ganó ya el español por 2-1 tras colocar dos directos por uno de su rival. Y en el segundo hizo una exhibición de mini Cassius Clay en baile alrededor de Kim, que le salió a la perfección. Obligó al norcoreano a ir por él y le cazó hasta con cinco crochets en contras. Con 5-1 se iba hasta un 7-2 en la mitad del combate. Era el momento aún mejor para seguir conservando y hasta se pasó, porque perdió por 4-6 el tercer asalto. Pero su ventaja era aún buena, 11-8, y no sólo la mantuvo en el cuarto y último, sino que la aumentó hasta 15-10 blocando los golpes del rival y entrando de nuevo con crochets precisos.

La progresión del cordobés es evidente y sorprende el bien hacer de este pequeño púgil, que ostenta la solitaria representación del duro boxeo. No está marcado por los golpes y se explica tras los combates con la misma estrategia que pone en práctica en el cuadrilátero. "No ha sido el combate más fácil, sino que he sido yo más inteligente", dijo Lozano tras el combate. Y añadió: "Él era un boxeador con la izquierda rápida y tuve que estar pendiente de ella. Ha sido como imaginábamos. Pensaba que yo iba a irme al ataque, pero estoy demostrando que sé boxear a la larga distancia y a la corta. Cuando las cosas están difíciles no tengo más remedio que ir para adelante y cuando no, pues voy para atrás como un loco".

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