Roberto Carlos: "Ser 'pichichi' del Madrid no me entusiasma"

El Real Madrid se llevó la primera victoria de su historia en un campo alemán y Roberto Carlos fue el artífice parcial del récord. Para bien y para mal, el brasileño estuvo en todas. Sobre todo en los dos bombazos que metió en la red de Zuberbuler, uno de tiro de falta directa, el otro después de robar un balón en la banda y echarse a correr como un poseso. "Cerré los ojos y le pegué", contó al salir del vestuario. Roberto Carlos le pegó y el balón se metió en la escuadra izquierda del Bayer. Fue el tercer gol del Madrid. Alegría en la esquina del Bay Arena ocupada por aficionados blancos, unos 3.000. Y alegría en Roberto Carlos, que respira por las ovaciones: el brasileño ejercitó un festejo marchoso, bailó sobre el césped zapateándolo en zig-zag y acudió a dedicar el gol a la afición que le adora. Roberto Carlos, el lateral populista, se dio una panzada ayer en Leverkusen.¿Roberto Carlos farda de multifutbolista? "El año pasado bromeaban cuando me ponían los guantes de portero... me expulsaron dos veces por sacar la pelota del área con la mano y ahora esto, ahora dicen que soy un nueve... El fútbol es así y hay que aceptarlo". Roberto Carlos se divierte como un niño con lo que la prensa denomina "crisis". Con la crisis de los porteros, el año pasado, y ante la desgracia de los desafortunados Illgner, Bizzarri y Casillas, el brasileño salvó algún gol metiendo la mano él mismo en el área chica. Esta temporada es el goleador del Madrid, junto con Guti. Ha metido cuatro goles, uno al Athletic, otro al Sporting de Lisboa y dos ayer, al Bayer. Lo piensa y se ríe. "Realmente no me emociona ser el pichichi del equipo",aclara. "La gente que me conoce sabe muy bien que yo trabajo para el equipo, que lo que a mí me importa es que el equipo gane, nada más". Ahí se le deben pasar por la cabeza las recriminaciones de algunos de sus compañeros, que le dicen que ataca demasiado, que no defiende, que es poco solidario cuando se trata de recuperar el balón y de mantener la disciplina. Y sí, Roberto Carlos funciona mejor cuando las cosas se ponen feas y no queda más remedio que ir hacia delante, como ayer.

"Hay que ser disciplinados y guardar la posición atrás", decía después del partido contra el Spartak. "Por eso subí poco contra el Spartak, no porque me esté haciendo más viejo... Creo que si me cuido voy a jugar al máximo nivel hasta los 34 años". ""En Italia no era difícil jugar", dijo una vez, "Cuando no hacía caso lo que mandaba el entrenador y me iba para arriba ganaba los partidos siempre". Así, con la conciencia preclara -o la confianza desaforada- del genio, el lateral brasileño decidió ayer a ganar el partido. "En este deporte estamos para intentar hacer poquísimas cosas malas y muchísimas buenas, esa es la aspiración", apuntó después.

Christophe Daum, el técnico del Bayer, cambió ayer de sistema para frenar al brasileño, aunque no quiso reconocerlo luego: modificó el sistema de 5-3-2 por un 4-4-2 para cubrir la banda derecha de su equipo con el lateral Jorg Reeb. No hubo caso. "El partido se decidió en jugadas puntuales, como el tiro de falta de Roberto Carlos, que fue un regalo", se quejó Daum. "Hemos regalado el gol", añadió, "porque la barrera se ha abierto y por ahí nos metió el gol".

"No, la barrera no se abrió", le respondió el brasileño. "Munitis se hizo a un lado, y por ahí la metí".