Una pisada prodigiosa
Seguramente, Haile Gebrselassie reúne las características fisiológicas de los mejores fondistas del Africa del Este (etíopes y kenianos): un altísimo consumo de oxígeno máximo o VO2max (entre 80 y 85 ml/kg/min), la capacidad de correr a muy altas intensidades (cerca del 100% de este VO2max) durante muchos minutos sin entrar en acidosis láctica, y una gran economía de carrera (poco gasto energético a altas velocidades).
Aparte de las citadas características, lo que distingue a Gebrselassie es su prodigiosa pisada, que se parece más a la de un corredor de 400 u 800 metros que a la de un fondista: la parte del pie que choca con el suelo es el metatarso (parte anterior de la planta), y no el talón. Este último se queda muy cerca del tartán, pero no llega a tocarlo. Resultado: menor tiempo de contacto con el suelo pues no se produce la acción de freno que tiene lugar con el típico apoyo de talón. Más que chocar contra el tartán, parece que sus pies ruedan sobre el mismo. Este apoyo de metatarso tan sutil, junto con su zancada alta y circular, posiblemente confieren una gran eficiencia biomecánica a su estilo. El precio que hay que pagar es un mayor desgaste muscular, al menos en el músculo sóleo. Y aquí surge la gran pregunta: ¿Qué marca podría conseguir Gebrselassie en el maratón, una prueba donde el desgaste muscular es determinante? ¿ Sería capaz de aguantar con su estilo de siempre? Según los estudios de un científico americano, en el mundo existen ya atletas potencialmente capaces de bajar de la barrera de las 2 horas en maratón: aquellos, como Gebrselassie, que reúnan los tres factores clave de esta prueba: un VO2max de más de 80 ml/kg/ min, un umbral anaeróbico al 90% de este VO2max, y una gran economía de carrera. Existen otras cualidades que no somos capaces de cuantificar en el laboratorio (¿motivación?¿tolerancia extrema al dolor?...).
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