Suiza rechaza una iniciativa que quería reducir la cuota de extranjeros al 18%
Los suizos rechazaron ayer, con un 63,7% de los votos, una iniciativa popular que pedía la reducción de la población extranjera a un 18% y a la que se oponía el propio Gobierno. Calificada de poco realista por los economistas y de discriminatoria por las organizaciones de ayuda al Tercer Mundo, el intento de reducir la cantidad de extranjeros que viven y trabajan en Suiza recogió apenas un 37% de los sufragios, lo cual, sin embargo, podría causar en el futuro algunas preocupaciones sobre la convivencia entre suizos y foráneos.
Movilización social
El padre de la iniciativa, el diputado del cantón de Argovia Philipp Müller, del conservador Partido Radical -que no le apoyaba-, no pudo ocultar su decepción. Sus partidarios ni siquiera pudieron reunir el 40% de los votos, lo que les hubiera permitido una salida airosa. Según Müller, "el rechazo era previsible". Argumentó que los grandes medios financieros de los oponentes a la iniciativa (partidos políticos, empresas, iglesias y diversas asociaciones), la situación próspera del país y la relativa tranquilidad en los centros de acogida de los asilados "hicieron que la iniciativa no triunfara". Müller solicitó al Parlamento, sin embargo, que de ahora en adelante tome en cuenta al 36,3% de la población que sí voto a favor de la reducción y que incluya sus opiniones en la nueva Ley de Extranjería que se encuentra en preparación en estos momentos. La propuesta del diputado Müller justificaba su petición de reducir la entrada de extranjeros en el hecho de que en la última década llegaron a Suiza más de un millón de personas, de las que la mitad son trabajadores no cualificados. Suiza tiene actualmente 7,2 millones de habitantes, de los que un 19,3% son extranjeros.Con una tasa de participación registrada del 45,6%, la iniciativa fue rechazada unánimemente en todos los cantones. La parte francófona del país fue la que se opuso con más fuerza a la reducción del número de extranjeros, y destacó especialmente el cantón de Ginebra, donde hay un 40% de extranjeros y los votos en contra alcanzaron el 76,1%. No obstante, la zona alemana, tradicionalmente conservadora, también se mostró claramente en contra de la iniciativa e incluso el cantón de Argovia, donde había surgido la propuesta, registró uno de los resultados más contundentes con la oposición del 70,5% de los votantes.
El temor a que la iniciativa ganara el referéndum movilizó a muchos sectores sociales y económicos en su contra, incluyendo al propio Ejecutivo. Contaba, sin embargo, con el apoyo de parte de uno de los cuatro partidos que forman la coalición de gobierno, la ultraderechista Unión Democrática del Centro. "Si la iniciativa hubiera ganado, habría sido un golpe a la imagen de Suiza en el extranjero. Suiza hubiera sido calificada de racista y xenófoba", dijo la Unión Sindical Suiza en un comunicado difundido en Berna. El éxito de la iniciativa también hubiera supuesto un golpe a la economía, ya que los inmigrantes suponen el 24,6% de la población activa del país.
Sin embargo, a pesar del rechazo, la oposición de la población fue ligeramente inferior a la lograda en las últimas cuatro ocasiones en las que se planteó algo similar. En los últimos 30 años se votaron seis iniciativas para limitar el número de extranjeros en Suiza, y en las últimas cuatro ocasiones, el rechazo superó el 65% de los votantes.
Para el sociólogo Claudio Bolzmann, de la Universidad de Ginebra, el resultado negativo "es una gran satisfacción". "Me parece que los argumentos humanos y económicos que se debatieron durante la campaña, a favor y en contra, fueron importantes para que el pueblo entendiera que tenía que rechazarla", añadió. Según el sociólogo, en Suiza "no hay relación directa entre el número de extranjeros y la falta de tolerancia".
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