La ejecutiva del PSOE valenciano liderada por Pla logra el respaldo del 75% de los votos

La nueva dirección del socialismo valenciano, que lidera desde el sábado el diputado nacional Joan Ignasi Pla, logró ayer el respaldo del 75% de los votos válidos en el IX congreso regional, clausurado en Alicante por José Luis Rodríguez Zapatero. El desenlace de este esperado y reñido cónclave del PSPV-PSOE -la segunda federación más numerosa del partido, con más de 38.000 afiliados- ha dado a Zapatero, según dijo a los delegados, "la mayor alegría" desde que fue elegido secretario general del PSOE. Sin embargo, el congreso no estuvo exento de tensiones. En el plenario, el ex secretario federal de Organización Ciprià Ciscar recibió un fuerte abucheo.

Contactar con la gente

El nuevo secretario general del PSPV, Joan Ignasi Pla, tuvo que prolongar las negociaciones para cerrar su equipo y el resto de órganos de gobierno del Partido Socialista del País Valenciano hasta bien entrada la mañana de ayer. Tras muchos vaivenes, Pla optó por configurar una dirección de integración, en la que incorporó como vicesecretario a su principal contrincante, José Luis Ábalos, secretario comarcal de Valencia y que el sábado había obtenido 169 votos, sólo 10 menos que la candidatura ganadora. Su voluntad de integración permitió incluso que el ex secretario federal de Organización Ciprià Ciscar encabezase la lista al Comité Federal del PSOE. Pese a su voluntad de integrar, de acuerdo con los consejos del secretario de Organización del PSOE, José Blanco, el nuevo secretario general del socialismo valenciano no logró otorgar representación ni a la corriente Izquierda Socialista ni a los seguidores del Movimiento por el Cambio (que en su día apoyaron a Antoni Asunción), ni al grupo de Nueva Vía, que en la Comunidad Valenciana ha respaldado Jordi Sevilla, el secretario de Economía de la ejecutiva del PSOE.

En total, la nueva ejecutiva del PSPV, la segunda federación en número de militantes, fue respaldada por un amplio porcentaje (el 75%) que cierra la grave crisis que ha atravesado el socialismo valenciano durante los últimos cinco años.

La pugna por lograr mayor representación se produjo en la votación al Comité Nacional -el máximo órgano entre congresos de la federación-, cuya candidatura fue avalada por el 67,6%, mientras que la lista al Comité Federal del PSOE fue la que recibió el voto del descontento. Ésta candidatura sólo obtuvo el respaldo del 52% de los votos emitidos (362 sobre un censo oficial de 396 delegados). Los teléfonos móviles de algunos compromisarios recibieron un mensaje aconsejando tachar de la lista el nombre de Ciprià Ciscar, quien posteriormente fue abucheado a su entrada en el plenario.

A pesar de las tensiones propias del congreso, el recién elegido secretario general del socialismo valenciano, Joan Ignasi Pla, consideró que "el respaldo obtenido por la nueva ejecutiva es un buen inicio". "Hay veces que no se entienden determinadas ausencias, pero he pensado que era la mejor dirección", prosiguió Pla, quien reclamó "comprensión y un primer momento de tranquilidad para construir una alternativa sólida de gobierno".

"Tenemos el compromiso firme", añadió Pla, "de contactar con la gente y hacer una oposición responsable y con sentido común". "El Partido Popular [liderado por Eduardo Zaplana], a partir de hoy está empezando a preocuparse", sentenció el nuevo dirigente del socialismo valenciano, que estuvo arropado en todo momento por el líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero.El secretario general del PSOE felicitó a los delegados valencianos y les dijo: "No tengáis pesar por el pasado. Aquí se han atravesado y superado momentos muy difíciles. Habéis devuelto el orgullo al PSPV".

Rodríguez Zapatero aseguró que los valencianos quieren ver un PSOE unido, y reclamó: "Os pido que hagáis una oposición útil. El partido tenemos que cambiarlo para que prime la cultura del trabajo por encima de la de los votos".

El dirigente del PSOE, que tuvo un exquisito respeto hacia las señas de identidad valencianas, explicó a los delegados que los socialistas deben defender la identidad de cada territorio para compartir con los demás sus valores y que sus particularidades sean conocidas, reconocidas y admiradas por el resto de autonomías.