_
_
_
_

Decretos y pinchazos

En los municipios de Algar (2.100 habitantes), Jimena (11.200) y Paterna (5.400), todos en la Sierra de Cádiz, no es muy extraño que los plenos de los ayuntamientos se suspendan con relativa frecuencia. Razones de fuerza mayor obligan a sus alcaldes a adoptar esta solución de urgencia. Deben acudir a atender una emergencia sanitaria. Son, además de regidores municipales, los ATS de sus pueblos. Una tercera cosa les une: los tres son del PSOE.Manuel Garrido, de 43 años; Ildefonso Gómez, de 42, y José María Barrera, de 53, llegaron a las alcaldías de estos municipios hace 13, seis y cinco años, respectivamente, aunque acumulan varias décadas o lustros más de atención sanitaria como Asistentes Públicos Domiciliarios (APD) -conocidos en la actualidad como ATS-.

El reconocimiento a una larga trayectoria como enfermeros rurales les llegó la noche del jueves. El Colegio de Enfermería de Cádiz les homenajeó dentro de los actos del centenario de su creación. "La distinción ha sido muy acertada porque la enfermería rural ha sido la gran cenicienta de la sanidad. Hemos sido chicos para todo", explica Gómez, quien, tras 14 años disponible las 24 horas de los 365 días anuales, es el único de los tres primeros ediles que pidió la excedencia.

Sus dos otros compañeros simultanean ambas labores, lo que les sumerge en una actividad frenética, que superan, según Garrido, "con más voluntad que otra cosa". "Y gracias a que la situación de los ATS no tiene nada que ver con hace 20 años", matiza Barrera, quien recuerda cómo debía hervir la misma jeringa y aguja para todos los pacientes. Su labor ha sido muy intensa. Llevan la mitad de sus vidas en las casas de los demás practicando curas, vacunaciones, poniendo inyecciones y demás atenciones primarias.

Todos coinciden en que las cosas han cambiado y que las condiciones de su trabajo han mejorado ostensiblemente. Pese a los avances, con todo, algo perdura todavía. Es el trato directo, cariñoso y cercano que mantienen con sus pacientes. Y ahora, como alcaldes, la asistencia se multiplica. "Ya no sólo nos ocupamos de sus problemas sanitarios, sino del conjunto de sus preocupaciones, necesidades y demandas", subraya el alcalde de Algar, quien reconoce que obtener la confianza de los vecinos de su pueblo en las urnas no fue complicado.

A su juicio, "en los municipios pequeños, las campañas no valen porque todos nos conocemos y sabemos cómo somos". De ahí, que todos confiesen que, sin pretenderlo, su labor sanitaria ha sido el mejor trampolín para dirigir el presente de estas localidades. Ildefonso Gómez recurre, con ciertas dosis de humor, a explicar por qué gobiernan con mayoría absoluta. "Durante años hemos dedicado nuestra vida a sus curas. Ningún político puede pagar una campaña electoral de tanto tiempo y con tanta dedicación", precisa.

Para José María Barrera, el resultado de las urnas tiene una lectura sentimental añadida. "Es el pago y la recompensa de mis paisanos hacia mi persona. Sin duda, es uno de los orgullos más grandes que tengo", detalla, sumido en un sentimiento mezclado de emoción y trascendencia, mientras recuerda años de sinsabores. "He sido una persona muy sufrida, que ha quemado su juventud con 24 horas de servicio, sin permiso, sin navidades, sin fines de semana, sin ...", lamenta.

Es la queja que les une entre ellos y a sus ciudadanos. O, mejor dicho, a sus pacientes. Durante el acto en el que se premió su trayectoria, el alcalde de Jimena relató una anécdota que le había ocurrido esa misma mañana: "Una mujer me enseñó en su casa a su madre, una señora mayor, que no me veía desde hacía años. Su hija me presentó como el alcalde. Eso no le sugirió nada y apenas si se inmutó. Más tarde, su rostro cambió y me reconoció. 'Es usted el practicante', dijo".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_