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Crítica:XI BIENAL DE FLAMENCO
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Jerez es así

Y el Hotel Triana se convirtió casi, casi, en una casapuerta de cualquier barrio gitano de Jerez. Que sigue teniendo su magia Jerez. Moraíto y sus huestes lo demostraron una vez más con ese arte que conserva sus señas de identidad más que ningún otro. Ellos lo saben, y actúan en consecuencia.Cante, baile, toque. El toque de los Moraos, padre e hijo, que es de calidad y tiene calidez. Sus guitarras fueron generosas en la música más adecuada para cada momento, con cinco palmeros de élite haciendo un son de lujo. Jerez es así. Ni siquiera se puede hablar de faltas de ortografía como decía Moraíto antes del concierto, porque en todo caso son faltas de ésas que hasta hacen gracia.

En este concierto yo corregiría la presencia de José Gálvez, un pinturero cantaor que se entregó con entusiasmo al cultivo del cuplé y aburrió bastante a la concurrencia.

Jerez, al son de Moraíto

Toque: Moraíto Chico y Diego el Morao. Cante: Fernando de la Morena, Luis el Zambo y José Gálvez. Baile: Diego de la Márgara, Luisa Torrán y otras.Sevilla, Hotel Triana, 22 de septiembre.

Cante hubo, y muy en serio. El que hicieron el Zambo y el de la Morena, que siguen fieles a los cánones de la ortodoxia. Luis el Zambo es cantaor recio, poco dado a sofisticaciones ajenas a la naturaleza propia del cante. Pero hace ese cante que duele y emociona, se queja con convicción. Lo mismo que Fernando el de la Morena, un cantaor muy placeado y que, pese a ello, no ha perdido el sentimiento fundamental de lo jondo. De entrada nos sorprendió con un cante de trilla dicho con gusto, después se volcó en las siguiriyas y en las bulerías estuvo excepcional. Como siempre.

Y hubo baile también. Ese baile emocionante y conmovedor de las viejas de Jerez, capitaneadas por la Torrán. Con una pataíta final increíble del gran Moraíto, que derrocha flamencura en cada poro de su cuerpo.

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