Progresión española

La reina Sofía, el príncipe Felipe y la infanta Cristina comprobaron ayer que el equipo español de balonmano va a más, pero que todavía debe mejorar en su porfía hacia el éxito. Su victoria sobre el esloveno servirá de poco si no se repite mañana (10.30, hora española) contra los maestros suecos. Una derrota ante ellos aumentaría el riesgo de cruzarse en los cuartos de final con los temibles rusos, que, a su vez, tropezaron con Alemania en el otro grupo del torneo.Si se ve el vaso medio lleno, el optimismo está justificado: Duishebáiev, genial como siempre, pero además en buena forma, lleva camino de convertirse en el mejor jugador de la competición; Garralda no sólo fue el bisonte que arrasa la pradera como en la derrota a manos de Francia, sino que convirtió sus embestidas en cinco goles; el juego entre líneas de Masip y Ortega fue magnífico; Guijosa, quien aún no ha fallado un penalti, es la eficacia personificada; Xepkin parece haber superado su pájara inicial, derivada de un exceso de motivación, de responsabilidad, y, muy importante, Barrufet empieza a ser él mismo bajo los palos, aunque todavía se encuentra lejos de su mejor nivel.

Pero también se puede ver medio vacío. Porque la defensa no fue ayer la que debe ser en un conjunto con pretensiones aúreas. Ciertamente, la potencia de los tiradores eslovenos obligaba a salir lejos del área para bloquearlos y dejar huecos detrás. Pero Xepkin y Urdangarín, los principales baluartes de la retaguardia, fallaron más de lo razonable en la tarea de cubrirlos. Si bien Eslovenia confirmó que no era un chollo -había empatado (24-24) con Francia y perdido por poco (30-32) ante Suecia-, esos agujeros se antojan decisivos en un eventual partido a vida o muerte contra la maquinaria rusa. En menor medida, las imprecisiones ofensivas propiciaron tantos contraataques de los eslovenos que los encuentros cara a cara del letal Puntgárnik con Barrufet se convirtieron en la tónica general del partido.

Ganar a Suecia está al alcance de los jugadores de Juan de Dios Román, sobre todo en un encuentro no decisivo para el rival. Francia estuvo a punto de lograrlo ayer (23-24). Los cuatro maestros escandinavos de la vieja guardia -Olsson, Thorsson, Wislander y Andersson- necesitan frecuentes descansos porque están ya más cerca de los 40 años que de los 30. Pero su ansia de oro olímpico para completar los de los Campeonatos de Europa y del Mundo, unida a la calidad de sus jóvenes alumnos, les mantiene como el equipo más temible.

Una derrota de España no sería trágica, pero implicaría fuertes emociones en los cuartos de final si, como es lógico, Rusia no se deja sorprender nuevamente mañana ante Yugoslavia. Por el contrario, lograr el primer puesto del grupo tras ganar a los suecos daría un cruce relativamente cómodo frente a los egipcios. Y ello permitiría que la Familia Real prosiguiera, tranquila, su doctorado en este deporte.

Grupo B. Túnez, 34; Australia, 24. España, 31; Eslovenia, 28. Suecia, 24; Francia, 23.

J. G. E. P. F. C. P. 1. Suecia ... 4 4 0 0 127 94 8 2. España ... 4 3 0 1 117 98 6 3. Francia ... 4 2 1 1 92 88 5 4. Eslovenia ... 4 1 1 2 115 107 3 5. Túnez ... 4 1 0 3 91 95 2 6. Australia ... 4 0 0 4 90 150 0 Se clasifican para los cuartos de final los cuatro primeros de cada grupo.

Última jornada: Eslovenia-Túnez, Francia-Australia y Suecia-España.