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BÉISBOL Sydney 2000

El bate conmociona Cuba

Indignación y sorpresa en La Habana tras perder en béisbol por primera vez en su historia olímpica

La derrota de la selección de béisbol ante Holanda en los Juegos (2-4) ha causado una auténtica conmoción en Cuba. En un país que se enorgullece de tener el mejor equipo amateur del mundo y de haber ganado hasta ahora a Estados Unidos en todos los partidos importantes de pelota, el asunto ha tocado la entraña nacionalista. Más que criticas a su equipo, que las hubo y sonoras, los cubanos están preocupados por la posibilidad de que Cuba se vaya de Sydney sin la medalla de oro. "La gente de la calle acepta perder un partido... ¿pero contra Holanda?", decía ayer el diario oficial Granma.El que la selección cubana haya caído ante un equipo débil como el holandés, cuando todavía le queda por jugar con los duros, Estados Unidos y Japón, ha dejado demolida a la afición. El partido fue seguido en hoteles, bares y prácticamente en todos los hogares de la isla. En un restaurante de La Habana Vieja, se paralizó la cocina ante la inminencia del desastre, y la altura de los gritos al terminar el partido sólo fue superada por la brutalidad de las blasfemias y la contundencia de los males deseados a los jugadores. "Hay que fusilarlos", dijo uno. Otro, más comedido, sólo pidió que fuese a Australia un babalao, un brujo con poderes para resucitar a "aquellos muertos".

Maldiciones africanas aparte, la caída del equipo cubano, que hasta el martes no había perdido ni un solo partido de los 21 disputados en éstos y otros Juegos -Cuba es bicampeón olímpico en esta disciplina- dejó a los cubanos con un sabor más que amargo. Granma no dudó en calificar la derrota como un "asunto de orgullo nacional", y consideró esta sorpresa con ribetes similares al revés que sufrió Brasil en fútbol ante Suráfrica días atrás. Los comentaristas deportivos cubanos no han querido dramatizar las cosas, señalando que lo sucedido era sólo un "tirón de orejas" que debía servir para "ponerse las pilas".

Como de refilón, la prensa oficial ha achacado lo sucedido a la condenable profesionalización de los Juegos Olímpicos, a la que Cuba se opone. Según los comentaristas, hasta ahora Holanda tenía un equipo débil, pero ahora juegan en el nueve peloteros rentados (profesionales). Con la apertura este año del béisbol olímpico a los profesionales, denunció Granma, "Holanda ha logrado incluir a varios de sus jugadores con experiencias en la pelota profesional de Estados Unidos y México" y han contratado como entrenador a Pat Murphy, de la Universidad de Arizona.

El diario oficial dio algunos datos para demostrarlo. Por ejemplo, "Rikkert Faneyte, jardinero y lanzador, jugó 80 desafíos para los Gigantes de San Francisco y los Rangers de Texas; Ken Brauckmiller, el que nos lanzó casi todo el tiempo, es oriundo de Oregón (EE UU) y marchó a Holanda en 1989". También informó, en tono de acusación, que "el segunda base, Ralph Milliard (decisivo el martes), lo hizo en los Padres de San Diego".

Sin embargo, en la calle muchas de las críticas eran para el seleccionador cubano Servio Borges por no manejar adecuadamente la alineación. En el restaurante de la Habana Vieja, otro camarero advirtió a Borges, como para prevenirle de una maldición gitana: "Un partido lo pierde cualquiera, 'tigre'. Pero mejor no patines más, que te veo cortando caña".

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