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Los Quince fracasan en el intento de igualar en la UE los impuestos sobre los combustibles

La UE volvió a mostrar ayer sus problemas de coordinación. Los ministros de Transporte fracasaron en su intento de lanzar un mensaje a los responsables de Economía y Finanzas para que adopten medidas conjuntas que equilibren la presión fiscal sobre los carburantes en toda la Unión. La vicepresidente de la Comisión Europea y comisaria de Transporte, Loyola de Palacio, defendió la aplicación de una reducción fiscal "limitada y a muy corto plazo". La oposición de España, Reino Unido, Irlanda, Alemania y Países Bajos a revisar los impuestos impidió la aprobación de una propuesta común.

Después de siete horas de reunión en Luxembuyrgo, convocados con carácter de urgencia por la presidencia francesa, los ministros de Transporte sólo fueron capaces de alcanzar el consenso respecto a sus acusaciones a la organización de Países Exportadores de Pêtróleo (OPEP) por el alza de los carburantes. La UE pide a los principales países productores "que aplique medidas que permitan un aprovisionamiento del mercado mejor adaptado a la demanda". También destaca la necesidad de "mantener un diálogo permanente" entre los países productores y consumidores para evitar estas situaciones. La reunión extraordinaria en Luxemburgo tenía como principal objetivo analizar las posibles medidas que se puedan adoptar en la UE, de forma armonizada, para reducir el efecto negativo del alza de los carburante en los sectores más afectados, en particular en el transporte. Y, sobre todo, para encontrar vías para reducir la diferencia de precios del combustible en la UE.

Sin embargo, la división entre los Estados miembros hizo imposible que se lanzara un mensaje común a los ministros de Economía y Finanzas (Ecofin), que son quines tienen competencias en la materia, para que actúen sobre la fiscalidad de los carburantes. El bloque constituido por España, Reino Unido, Irlanda, Alemania y Países bajos impidió que el consejo llegara a elaborar siquiera un documento común de conclusiones de la reunión. El grupo basa su oposición a que se modifiquen los impuestos sobre hidrocarburos en razones medioambientales. Por contra, Francia hizo saber a sus socios su decisión de adelantar al 1 de octubre la bajada del impuesto especial en cinco pesetas.

Además, Francia, que ocupa la presidencia europea, abrió ayer un camino hacia el diálogo al proponer una reunión entre la UE, EE UU y la OPEP antes de la cumbre de los países petroleros en Caracas, los próximos 26 a 28 de septiembre. Washington respondió que prefería negociar con la OPEP de forma unilateral.

Medidas sectoriales

Antes del inicio de la reunión, la vicepresidenta europea había reiterado la posición defendida por la Comisión Europea y el Ecofin de Versalles, contraria a cualquier recorte en los impuestos que gravan el carburante. Sin embargo, De Palacio aclaró que para "sectores especialmente afectados puede haber soluciones concretas, limitadas en el tiempo, no discriminatorias y conformes a la legislación comunitaria para intentar paliar los efectos de la crisis del petróleo". Al término del consejo, la presidencia se había quedado sola por la negativa de los representantes de los países miembros ha elaborar un comunicado en el que se hiciera mención a la fiscalidad. La declaración de De Palacio se produjo poco después de que el Gobierno francés anunciara su presupuesto para 2001 y adelantara y ampliara a los automovilistas corrientes la rebaja de los impuestos sobre los carburantes que otorgó a los agricultores, transportistas y pescadores. La decisión francesa se produce un día después de que Bruselas apercibiera de la apertura de un expediente. El Ejecutivo de Lionel Jospin prevé reducir el déficit público en 2001 al 1% del producto interior bruto (PIB) -frente al 1,4% esperado este año-, gracias a un crecimiento económico del 3,3%.

Paralelamente, y en respuesta a las protestas por la carestía de los combustibles, el Ejecutivo decidió adelantar al próximo día 1 la rebaja del impuesto sobre el carburante, que estaba prevista para enero de 2001. Esta medida, que modula la fiscalidad en función del precio del crudo, se combinará con un dispositivo suplementario -alimentado por los "beneficios de las petroleras"-, para reducir el precio en 0,03 euros (cinco pesetas) por litro.

El plan, que pretende compensar en parte la subida de los combustibles, es una respuesta al descontento de los automovilistas, que vieron cómo quedaban al margen de las concesiones del Ejecutivo a los distintos grupos profesionales (camioneros, agricultores, taxistas) que bloquearon los centros de distribución.

El proyecto de presupuestos del ministro de Economía, Laurent Fabius, prevé una inflación del 1,2% en 2001, lo que supone un aumento de la de julio (1,1%).

No obstante, según el diario Les Echos, el déficit de la Administración en 2001 no se reducirá con respecto a 2000 y equivaldrá al 2% del PIB. Según el diario, en lugar de centrarse en la reducción del déficit, el Gobierno ha dado prioridad a la rebaja de los impuestos. El paquete de recortes fiscales, anunciado el pasado día 31, totaliza unos 18.300 millones de euros (3 billones de pesetas) escalonados en tres años. Añadido a las reducciones impositivas, las pensiones subirán en enero un 2,2%, lo que constituye una victoria de la ministra del Empleo y Solidaridad, Martine Aubry. La ministra también consiguió un incremento de los gastos médicos de algo más del 3% (frente al 2,5% en 2000).

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