Razones de una candidatura
Hace bastante tiempo que el PSPV y el PSOE sienten la necesidad de desarrollar su democracia interna, cambiar actitudes y propuestas políticas. Tal vez uno de nuestros problemas haya residido en no haber sabido calibrar el tipo de cambios que necesitaba nuestro partido, así como el ritmo de su realización. Posiblemente hemos esperado demasiado a efectuarlos. En muchos casos, haciendo de necesidad virtud, teníamos la obligación de convertir las derrotas electorales que hemos acumulado desde 1995 en una nueva posibilidad y no en un caos, al menos aparente, que es lo que han exteriorizado los últimos procesos orgánicos del PSPV.Por primera vez en los últimos 20 años, ha sido en el último congreso federal donde ha existido la posibilidad de que los delegados pudieran elegir entre cuatro opciones al secretario general. En 1997 los socialistas valencianos abrimos esa posibilidad con dos equipos distintos. El intento fue plausible, los resultados no fueron los deseados. Las condiciones subjetivas para el cambio existían, pero se comprobó que siendo necesarias no eran suficientes. No era suficiente la voluntad de cambio sin normas que lo regulasen.
Ahora, tras el 35 congreso federal se dan las condiciones objetivas y subjetivas necesarias para permitir el cambio real que el partido, y su base social y electoral, hace tiempo que exigen. Esta es la razón central que me anima a presentar mi candidatura a la secretaría general del PSPV. Si bien me hubiera gustado presentar mi candidatura en un proceso interno de primarias, libre universal, directo y secreto, donde todos los afiliados pudieran votar, no es menos cierto que el actual método supera con creces en calidad democrática a todos los anteriores. Pienso ahora en los militantes y electores que han estado reclamando el cambio real durante los últimos años y que me han estimulado a presentarme. Renunciar ahora a colaborar centralmente, a orientar la nueva etapa surgida de un proceso por el que he trabajado, junto con muchos otros, hasta la extenuación sería políticamente incoherente, intelectualmente incómodo y éticamente dudoso. En la etapa que ahora comienza los socialistas valencianos hemos de recuperar la dignidad y situar al PSPV en el lugar que le corresponde en el PSOE.
Sin alcanzar estos objetivos elementales no es posible plantearse recuperar la ilusión, la credibilidad, y con ello el reconocimiento de una mayoría social que hemos de recomponer para poder alcanzar una nueva mayoría política. Una mayoría social progresista en el País Valenciano y una mayoría de izquierdas en las Cortes Valencianas pasan necesariamente por el PSPV, y son el instrumento imprescindible para desplazar el año 2003 del Gobierno de la Generalitat a la derecha especuladora y retrógrada que representa el PP.
Quienes expresan su voluntad y disponibilidad para dirigir nuestro partido, cuantos quiera que sean, merecen todo el respeto. No se trata de hacer un congreso en un minuto, sino de saber que tenemos que hacer un minuto después del congreso. Hemos de perfilar una oposición de izquierdas responsable y honesta, pero a la vez rotunda, diferenciada, capaz de elevar a la tribuna de las Cortes los problemas de nuestro pueblo, las quejas de nuestra sociedad, las propuestas de los ciudadanos y las alternativas que ofrecemos los socialistas. Este es nuestro reto los próximos tres años. Hemos de preparar un nuevo programa de gobierno que incorpore las propuestas de todos los progresistas valencianos. De quienes creen en los valores de justicia social, igualdad, libertad y solidaridad; de quienes incorporan a nuestra causa la lucha feminista, el ecologismo, el pacifismo y la no discriminación; de quienes piensan en desarrollar las formas de participación democrática y las formulas de autogobierno de los valencianos; de quienes frente al pensamiento único ofrecen el discurso critico y plural.
Tendremos que incorporar propuestas legislativas que posibiliten una democracia mejor, mas participativa, más cercana a los ciudadanos. Hemos de trabajar a favor de una economía de rostro humano, compensadora de las aristas de la globalización. El PSPV tiene que ser un lugar de encuentro para los agentes sociales. El PSPV es un partido de valores humanos, para la acción de los jóvenes, para aprender de las experiencias de los que han vivido más tiempo, para recuperar la dignidad del militante. El PSPV debe reencontrar su razón de ser como organización política al servicio de la sociedad, debe recobrar su alma de izquierdas, para recuperar la credibilidad y con ella convertirse en alternativa real de gobierno.
En todo lo dicho creo. Y por todo ello, fiel a mi pasado y al de todos los nuestros, convencido de que podemos transformar el presente y construir un futuro mejor, es por lo que me presento.
Andrés Perelló es candidato a la secretaría general del PSPV.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.