Una búsqueda incansable de nuevos caminos
Lo realmente importante era el baile. Así que si nos atenemos a ello, no nos queda otra alternativa que la de descubrirnos, una vez más, ante el talento y buen gusto de Fernando Romero, quien, basándose en su anterior montaje Eco flamencológico de J. S. Bach, presentó este nuevo espectáculo en el Teatro Central de Sevilla. Nadie puede negarle las horas de trabajo que debe tener encima. Sin embargo, a muchos de los asistentes se nos antojó denso y hasta inintelegible en ciertos pasajes. Tanta oscuridad, tanta música clásica, monólogos... hacen prácticamente imposible recrear un ambiente diferente al que se nos muestra en Bachdaliana.Con tanta alegoría a Bach y a Dalí, parece que se le va un poco de las manos el motivo principal de su presencia en la XI Bienal de Sevilla, que no es otro que el baile flamenco. La escenografía preparada para el montaje, además de ser tremendamente original, daba mucho juego, sobre todo en lo referente a las líneas dibujadas sobre las tablas, ya que permitían desarrollar coreografías cargadas de simetría, siempre que Alicia Márquez, María Martínez, Paco León y, sobre todo, Isabel Bayón y Fernando Romero salían juntos a escena, para dibujar preciosos cuadros cargados de plasticidad.
El baile de Fernando Romero es originalidad en sí mismo. Sus espectáculos tienen como principal seña de identidad el trabajo. Por eso, a pesar de obtener un resultado excesivamente cargante, como en este caso particular, el público le agradece su esfuerzo e incansable búsqueda de nuevos caminos.
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