Antonio Martín Santos, ginecólogo

El médico ginecólogo Antonio Martín Santos, de 58 años, que mantuvo una larga lucha contra las sucesivas sentencias que le condenaron por practicar un aborto, y que él siempre calificó de legal, fue encontrado muerto el sábado dentro de su vehículo, estacionado en un área de descanso de la autopista del Huerna, en Asturias. Martín Santos, natural de Madrid, casado y padre de dos hijos, había ejercido la medicina durante más de 30 años en Argentina y desde hace casi 15 residía en Oviedo. En 1993 fue denunciado por el novio de una joven a la que le había practicado un aborto en una clínica ovetense. Pese a que la gestante se había acogido a uno de los tres supuestos despenalizados por la legislación española (la preeminencia de la salud mental de la madre) y aun cuando el ginecólogo intervino amparándose en el preceptivo informe favorable de una psiquiatra, Antonio Martín fue condenado por la Audiencia Provincial de Oviedo en 1997 a seis meses de prisión y de inhabilitación profesional al entender insuficiente y falto de rigor el dictamen de la especialista, que también fue condenada a un año de cárcel y a dos de inhabilitación.

El fallo fue ratificado por el Tribunal Supremo. Martín Santos, que también recurrió, sin éxito, al Tribunal Constitucional y estaba pendiente del resultado de una apelación ante el Tribunal Europeo interpuesta por IU, mantuvo una larga lucha en defensa de su inocencia y de su crédito profesional, y siempre sostuvo que carecía de facultades como ginecólogo para cuestionar un dictamen psiquiátrico, aun en el supuesto de que dicho informe fuese erróneo.

Pese a que el Congreso de los Diputados, a instancia del PSOE y con la abstención del PP, pidió el indulto para el ginecólogo, el Gobierno de José María Aznar tardó medio año, hasta el 16 de julio de 1999, en acceder a la petición de la Cámara, y aun demoró la publicación del decreto en el Boletín Oficial del Estado hasta el 3 de agosto, dos días después de que Santos ya hubiera cumplido la condena. Martín Santos, que se había negado a solicitar esa medida de gracia para sí, rechazó el indulto con carácter retroactivo. El ginecólogo, "muy decepcionado de la justicia española", por la que dijo sentirse "acosado", sufrió una fuerte y larga depresión a resultas del proceso. Cuando fue encontrado muerto llevaba dos días en paradero desconocido.-