"Si Vidal-Quadras no existiese, Pujol se lo tendría que inventar"

El PP de Cataluña celebra este fin de semana su IX congreso con el claro objetivo de dar un paso más en la asunción del catalanismo. El ministro de Asuntos Exteriores y miembro de la ejecutiva regional, Josep Piqué (Vilanova i la Geltrú, 1955), es el gran valedor de este giro con su ponencia. Pregunta. El congreso que hoy se inicia viene precedido por debates sobre su ponencia, en la que se califica a Valentí Almirall -considerado padre del catalanismo progresista- de "nombre insigne" y habla del franquismo como "uniformista, represivo y empobrecedor". Incluso, en otro de los documentos, están a punto de canonizar a Keynes. Realmente, están ustedes desconocidos.

Respuesta. Yo creo que hay que hacer un esfuerzo para recuperar los componentes más positivos de nuestra historia y las tradiciones que forman parte de la civilización. Digo esto porque Keynes es un referente para cualquier pensamiento económico con independencia de que sus recetas no hayan sido siempre positivas. Almirall es también expresión de racionalidad, de sentido común. Que a estas alturas alguien se extrañe de que califiquemos a la dictadura de empobrecedora y represiva, me sorprende.

P. Pero usted sabe que el PP de Cataluña tiene un pasado derechista y que parece no haber hecho su aggiornamento. ¿No cree que tanta modernidad puede provocar algún infarto?

R. Hay una percepción por parte de la opinión pública catalana de que el PP está muy escorado a la derecha y hacia el centralismo. Esto no responde a la realidad. Los militantes del PP catalán están identificados en su mayoría con la voluntad reformista y de centro, esa voluntad que ha permitido al PP ganar las últimas elecciones y que ha posibilitado el apoyo de casi uno de cada cuatro catalanes.

P. Alejo Vidal-Quadras dice que su ponencia parece escrita por Pujol...

R. Vidal-Quadras tiene unas capacidades intelectuales importantes, tiene brillantez expositiva, pero acostumbra a equivocarse. Si Vidal-Quadras no existiese, Pujol se lo tendría que inventar.

P. Pujol, en cambio, está muy contento con usted, porque sostiene que, finalmente, se ha incorporado a sus tesis reivindicativas sobre financiación.

R. Es propio de los políticos barrer para casa. Pero mi opinión es la contraria. La etapa que ha protagonizado Pujol, que se ha caracterizado por la reivindicación permanente, está agotada y hay que involucrarse en un proyecto común y compartido: el de la España plural que permite la expresión de las potencialidades de Cataluña.

P. El PP catalán gobierna en España, pero en los municipios de toda Cataluña sólo ejerce poder directo sobre 13.000 catalanes. Ahí tienen una asignatura pendiente.

R. Sin duda. El PP debe hacer un esfuerzo para gobernar el mayor número de instituciones posibles. Eso debería obligar a reflexionar a aquellos que mantienen el discurso que ha hecho posible esta situación.

P. Esta idea de modernidad que usted impulsa, a juicio de muchos, no se plasma cotidianamente en el PP, ¿por qué no da batalla en este congreso para hacerse con la dirección?

R. Antes citaba a Keynes y este economista tiene una frase, frase antimarxista, según la cual la fuerza de las ideas es extraordinaria y va más allá que sus autores. Yo creo mucho en esto. Es importante que los mensajes políticos cuajen, y eso es una cuestión de tiempo en la sociedad catalana. En política, como en álgebra, no se pueden saltar los pasos porque luego el resultado no es el correcto. No tengo interés personal ni voluntad orgánica en todo este proceso, pero me interesa que Cataluña sea un país de progreso, y que cada uno lo haga desde su posición. Y hoy mi posición es la de ministro de Asuntos Exteriores de España, que nadie me malinterprete.

P. Pujol se queja porque ustedes desde el Gobierno no han respondido a sus peticiones de entrevista para empezar a negociar la financiación autonómica.

R. El método de financiación entrará en funcionamiento en enero de 2002, tenemos todo el año 2001 para hablar. No entiendo que esté enojado por ello. Todo se debe fundamentar no en pedir constantemente, sino en que cada nivel de administración responda del dinero que recibe y cómo lo gasta. Éste es un debate que no hemos tenido en la sociedad catalana. Hablamos de la necesidad de más dinero, pero no de cómo gastamos un presupuesto de 2,3 billones de pesetas, que es el de la Generalitat catalana. Tenemos modelo policial, sanitario, educativo. Hablamos poco y no deberíamos dejarnos engañar...

P. Cataluña, ¿pierde peso en España?

R. Con independencia de que las cosas vayan bien -que así van-, Cataluña pierde peso específico en España. Y dar respuesta a eso es difícil si no hay un compromiso claro con el futuro de España desde Cataluña. El balance histórico del nacionalismo de CiU que se haga vendrá muy determinado por esta incapacidad de tener en cuenta este fenómeno.

P. ¿Hay que entender que está incapacidad viene determinada por la ideología nacionalista?

R. Hay un apriorismo ideológico del nacionalismo de CiU según el cual Cataluña y España tienen una relación contradictoria. A la mayoría de los catalanes nos interesa mucho contemplar España como una realidad de la que formamos parte. No como un elemento retardatario, sino como una palanca para el progreso de Cataluña.