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Gore consigue deshacerse de su imagen rígida y resultar agradable a la mayoría de estadounidenses

El camino hacia la Casa Blanca va despejándose para Al Gore. También en su terreno más débil, el del atractivo personal, el candidato demócrata ha hecho grandes progresos en las últimas semanas, según una encuesta de The New York Times y CBS difundida ayer. Ahora el 44% de sus compatriotas le ven como una persona agradable frente al 29% a los que produce rechazo. Jamás en su vida Gore había sido tan popular.Al príncipe de Tennessee le están funcionando muy bien el prolongado beso en la boca a su esposa Tipper en la Convención Demócrata de Los Ángeles, el entusiasta apoyo de su hija Karenna, su presencia en programas populares televisivos como el de Oprah Winfrey, su estilo descamisado de campaña y el mensaje populista de defensa de las familias trabajadoras de clase media. Empieza a ser visto no sólo como un frío, laborioso e inteligente burócrata, sino como un hombre que puede resultar encantador. Karenna siempre dijo que los norteamericanos empezarían a querer a su padre el día que le vieran "tal como es en el seno de su familia".

La noticia es mortal de necesidad para Bush, cuyo principal capital electoral es una personalidad muy cordial en el trato directo y común, incluso en sus fallos, al del resto de los norteamericanos. En la citada encuesta, Bush recoge un 42% de opiniones favorables a su persona y un 29% desfavorables. En ese capítulo empata con Gore.

En el terreno de fondo, el de la profesionalidad para ejercer la presidencia, Gore consolida su ventaja frente a Bush entre las mujeres, las minorías étnicas y culturales y, muy importante, los independientes. Su programa es más detallado que el del republicano y más próximo a las preocupaciones cotidianas de las clases medias en temas como la educación, la cobertura médica y los tipos de interés.

Mientras Gore tiene el viento a su favor, Bush evidencia un terrible desconcierto que le hace ir de traspiés en traspiés. Los periódicos, radios, televisiones y páginas de Internet de EE UU rebosan de chistes sobre la torpeza del gobernador de Texas, del que la revista Vanity Fair afirma que fue un niño disléxico. CNN repite las imágenes de Bush equivocándose cuatro veces al pronunciar la palabra "subliminal" el martes, cuando tuvo que defenderse por la difusión de un anuncio televisivo que identifica a los demócratas con las ratas.

El candidato demócrata le saca al republicano 7 puntos en intenciones de voto en el último sondeo de Reuters y 3 en el de The New York Times y CBS. Es una ventaja no aplastante pero que va solidificándose. La máquina electoral de Gore rueda a la perfección.

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