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Piqué, al ralentí

El Partido Popular espera que el congreso regional que la formación celebrará este fin de semana le sirva para mejorar un poco sus posiciones a la espera de la llegada del pospujolismo. Pero el paso no será todavía espectacular. Fiel a su trayectoria desde que ingresó en el PP hace menos de dos años, Josep Piqué, la gran apuesta de José María Aznar para Cataluña, ha rehuido en lo posible la batalla con el aparato del PP catalán y se da por satisfecho si el partido asume sus tesis catalanistas.Si no hay sorpresas de última hora, el noveno congreso del PP será de transición y un peldaño más en la estrategia al ralentí diseñada por el ministro para disputar a Convergència i Unió la hegemonía del centro derecha catalanista. Lo que sigue son algunas de las claves que marcarán el congreso y el futuro inmediato del PP de Cataluña.

- Nuevas ideas. El congreso dará el visto bueno a la ponencia catalanista redactada por Piqué, que supone un giro copernicano en el lenguaje utilizado hasta ahora por el partido. El texto, que va más allá de lo que la cúpula regional deseaba, asume las tesis históricas del catalanismo: entre otros aspectos, se define Cataluña como "país", se reconocen sus "derechos como pueblo" y se pasa de puntillas sobre el supuesto problema lingüístico.

El ex líder regional Aleix Vidal-Quadras ha presentado 29 enmiendas que rebajan sensiblemente el tono catalanista. El cónclave las discutirá a puerta cerrada y los compromisarios deberán votar a mano alzada.

- Continuidad en la cúpula. Una vez asumidas las tesis catalanistas de Piqué, el ministro ha considerado innecesario plantear batalla para situar en los puestos clave de la dirección a personas de su máxima confianza para no desatar una crisis interna. Si no hay sorpresas de última hora, Alberto Fernández Díaz y Rafael Luna seguirán como presidente y secretario general, respectivamente, aunque en la nueva dirección se incorporarán dirigentes afines al ministro. En la ejecutiva que prepara Alberto Fernández habrá una importante renovación, si bien en los últimos tiempos este organismo ha tenido unas atribuciones muy limitadas.

- Liderazgo exterior. A pesar de que no se prevén cambios espectaculares en la cúpula regional, el congreso reforzará a Josep Piqué como auténtico hombre fuerte del partido en Cataluña, con independencia del organigrama formal. De alguna forma, el PP ha optado por adoptar el modo de funcionamiento del País Vasco, donde Carlos Iturgaiz ejerce de presidente formal y el ministro Jaime Mayor es el indiscutible hombre fuerte.

Esta estrategia tiene en Cataluña una razón añadida: las dificultades que las siglas PP tienen para penetrar en la sociedad civil. Con este diseño, muchos de los colaboradores de Piqué pueden seguir todavía sin afiliarse al partido y trabajar de este modo con más comodidad. Entre los directos colaboradores del ministro que siguen sin tener carnet del PP destaca la ministra de Ciencia y Tecnología, Anna Birulés, y el secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Miquel Nadal.

- Objetivo: la Generalitat. Si Jordi Pujol respeta los plazos electorales, los próximos comicios autonómicos se celebrarán dentro de tres años. Según sus Estatutos, el PP tendrá que celebrar su próximo congreso también dentro de tres años, lo que deja abierta la puerta a que el PP resuelva sus teóricas asignaturas pendientes justo la víspera de los comicios.

Las próximas elecciones al Parlament de Cataluña son la auténtica prueba de fuego para el PP, y algunos dirigentes de peso consideran que supondrán el punto de llegada de la estrategia al ralentí del ministro: su candidatura a la presidencia de la Generalitat (o de alguien de su máxima confianza) y el desembarco de sus principales colaboradores, ya sea directamente en el partido o a través de movimientos de ciudadanos.

- Relevo de Aznar. El futuro del PP Cataluña no puede desvincularse tampoco de los movimientos que se produzcan en la dirección nacional en torno al relevo de José María Aznar como candidato a la presidencia del Gobierno. Este debate no se ha iniciado aún, pero si Aznar cumple su promesa de no repetir como candidato, la pugna entre los posibles aspirantes a sucederle tendría traslación automática en Cataluña. De cómo se posicionase Piqué dependería en parte el futuro liderazgo del PP catalán.

- La incógnita de Unió. Algunos dirigentes importantes de la dirección nacional siguen convencidos de que el futuro del PP pasa por aplicar en Cataluña el modelo navarro; es decir, el acuerdo electoral con los sectores moderados de Convergència y especialmente con Unió Democràtica. Una eventual derrota de Josep Antoni Duran en su batalla por la sucesión de Pujol facilitaría esta posibilidad. Mientras tanto, las revoluciones en el PP de Cataluña se hacen, por tanto, innecesarias.

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