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Tribuna:FUTUROCIRCUITO CIENTÍFICO
Tribuna
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La ideología profesional de la ciencia

Una ideología profesional es un conjunto de consideraciones éticas y morales en torno a un colectivo de trabajadores que envuelve razonamientos referidos a la justificación del trabajo, los intereses particulares del grupo, su estatus, privilegios y poder. Los científicos tienen una particular noción de su objeto de trabajo y de su papel en la sociedad, con elementos compartidos por la mayoría de los integrantes de la profesión, pero donde es posible delimitar dos ideologías profesionales en función de las características del trabajo de investigación.La primera es la ideología académica, cuyo principal rasgo es tener una alta estima por la libertad en el ejercicio del trabajo, cuestión entendida habitualmente como garantía para el progreso de la ciencia. Respecto a los resultados, las opciones sobre qué investigación realizar dependen de las ideas e intereses de los científicos, que son los que deciden su posible relevancia. Son importantes aquí los proyectos personales de desarrollo intelectual, que tienen que ver con el prestigio y con la posición en la estructura de ocupaciones académicas. Las instituciones -universidades en su conjunto, más que laboratorios o centros concretos- se entienden como el lugar que acoge al científico, que proporciona los recursos y el itinerario para la carrera profesional. Este tipo de ciencia es una práctica sobre todo individual, siendo las instituciones intercambiables. De esta forma, cuando alguien cambia de puesto de trabajo, con su persona y su currículum se lleva consigo las condiciones para hacer ciencia. Sirva como ejemplo la obtención de una cátedra en una universidad periférica que se cambia al poco tiempo por otra en una universidad de más prestigio.

A la segunda se la llama la ideología de la ciencia colectiva, puesto que entender la investigación como tarea grupal es el hecho diferenciador. No es que los científicos no valoren su libertad, sino que ésta se aplica a una parte del proceso. Por ejemplo, si el objetivo es inventar un nuevo superconductor, la libertad y creatividad se utiliza en los métodos, no tanto en la decisión del objetivo en sí. El resultado aprehensible de la investigación -sea básica o aplicada- tiene gran importancia, puesto que es lo que provee de legitimidad. Las carreras profesionales se entienden de forma relacionada con el progreso científico. Cuando existe movilidad en el trabajo, se realiza entre centros -esta vez laboratorios o departamentos concretos- en los que existe infraestructura adecuada, personal especializado y trabajo en equipo y que permiten el avance en una línea de investigación colectiva. En este caso el científico utiliza a la institución, aunque con una implicación en el trabajo que supedita las aspiraciones individuales a las características del lugar.

Habitualmente se ha considerado que las ciencias "de laboratorio" son más del segundo tipo, mientras que las ciencias sociales son del primero. Pero lo relevante no es tanto la disciplina como la presencia de unas condiciones concretas; con el desarrollo de la ciencia, se puede decir que, cada vez más y en todas las disciplinas, la investigación es una tarea colectiva. Un factor determinante es, pues, la orientación hacia la tarea científica que existe en el lugar de trabajo, pero el hecho principal es, sobre todo, el estilo organizativo, de forma que existen instituciones en las que opera la ideología académica y el poder está en manos de dicha corporación, y otras en las que, o bien la ideología predominante es distinta, o el reparto de poder corresponde a una estructura jerárquica de otro orden, por ejemplo, la que antepone los objetivos de la organización a las carreras individuales.

En el caso de la ciencia pública española, se puede aventurar que lo que prima es la ideología académica y el poder de los profesionales que la comparten, lo cual tiene importantes consecuencias para nuestro sistema de I+D, como son la relevancia de las investigaciones, la transferencia de tecnología o los criterios de selección de personal, situación que es conveniente evaluar -por los poderes públicos y la sociedad, no por los académicos- respecto a si es la más adecuada para el actual estadio de desarrollo de la ciencia española.

Manuel Fernández Esquinas es sociólogo en el Instituto de Estudios Sociales de Andalucía (IESA) del CSIC.

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