_
_
_
_
Reportaje:

Polo al sur

Hace calor en el polo. Son las seis y media de la tarde y el sol no se compadece de nadie en las instalaciones hípicas de Chapín. Por megafonía se anuncia que el comienzo del partido de la Copa de Jerez de Polo se retrasará una media hora a la espera de una temperatura algo más llevadera para jugadores y caballos. Todos lo agradecen. Especialmente, el impecable público que se agolpa en las carpas instaladas por firmas bodegueras y empresas relacionadas con el deporte del polo levantadas en las inmediaciones del cuidado terreno de juego, de dimensiones algo mayores que un campo de fútbol. En la banda más cercana a las gradas se puede ver a un nutrido grupo de niños que, antes de que comience la competición, han decidido fomentar su temprana afición jugando desordenadamente con varios tacos y un par de bochas, nombre que recibe la pelota que se utiliza en el polo. Sus padres -algunos también se han llevado a sus perros a Chapín- aguardan entretanto el comienzo del partido visitando las terrazas instaladas al aire libre y degustando los cócteles que una legión de camareros ataviados con pajarita ofrecen incansablemente por el recinto.En la carpa del Santa María Polo Club de Sotogrande jugadores, algún ejecutivo y aficionados con aspecto de no haber agotado aún sus vacaciones conversan y hacen cábalas sobre el resultado que puede arrojar el partido de hoy. Dominick Mahony es el secretario general del club y uno de los impulsores del regreso del polo a Jerez después de tantos años. "Hoy", comenta, "los jugadores tendrán que cambiar de caballo unas ocho veces porque los animales están sometidos a una gran actividad y no se les puede exigir más con estas temperaturas". Dominick está feliz con la acogida que está teniendo este año el campeonato. "Es difícil, pero la gente está recuperando el interés en Jerez por este deporte", afirma tras conocer que han acudido a más de 2.000 personas esa tarde.

Es innegable que el polo, al margen de ser un espectacular deporte que, tras ser olímpico durante la década de los 30, alberga serias esperanzas de volver a unos juegos en el 2.004, es un acontecimiento social sin parangón. María Lía Joost Newbery, directora de Buenos Aires Polo Internacional, la publicación más importante del mundo sobre este deporte, asegura que el polo "no sólo es la parte deportiva". Para esta especialista de Argentina, el país donde mejores polistas y más afición existen, el ambiente que rodea los partidos es "un mundo diferente al de todos los días" en el que no es difícil tropezarse con "príncipes, sultanes y gente muy importante". María Lía tiene elogios para la organización del torneo y se muestra convencida de que este tipo de eventos son una excelente preparación para que Jerez albergue en el 2.002 los Juegos Ecuestres Mundiales.

El reto en Jerez ha sido este año, sin embargo, acercar el polo a todo tipo de público, un objetivo que los organizadores han conseguido en parte, a pesar de la presencia mayoritaria de la beautiful people.

Ha bajado algo la temperatura. Una voz con acento argentino advierte por megafonía de que el partido va a comenzar. Los ocho jinetes, cuatro por cada equipo (Fumarel y Eurobet)están en el centro del campo y, mientras comienzan a sucederse las primeras jugadas, unos aficionados recuerdan que los orígenes del polo en España están estrechamente ligados a Jerez. De hecho, fue en esta ciudad donde se jugaron a finales del siglo pasado los primeros partidos de nuestro país. Las relaciones comerciales entre los británicos y Jerez como consecuencia del negocio vinatero propiciaron que un jerezano, Pedro Nolasco González, Marqués de Torresoto, importará están práctica a España en 1.870.

Acaba el partido. El público regresa a las carpas para agotar la tarde entre charlas, saludos y degustaciones. Empieza a refrescar en el polo. Por cierto, el marcador, 13-11. Ganó el Fumarel.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_