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La tercera forense descarta que Fonseca muriera de un golpe en el cuello

Francisco Peregil

El informe de cinco folios que ha redactado la forense María José Meilán Ramos para arbitrar entre la primera autopsia realizada al cadáver de Antonio Fonseca, fallecido en los calabozos de la Comisaría de Arrecife el pasado 20 de mayo, y la realizada a petición de la familia del emigrante guineano, descarta que Fonseca muriera de un golpe en el cuello, tal como indicaba la segunda autopsia, realizada por el forense José García Andrade.

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Fuentes de la investigación, a la que ha tenido acceso EL PAÍS, sostienen que esta perito, cuya actuación fue reclamada por la investigación judicial, encontró deficiencias en las dos autopsias, por lo que, tras haber tenido acceso al acta de levantamiento del cadáver, a los análisis del Instituto Toxicológico de Tenerife, y a los estudios de Robayna y García Andrade, Meilán solicitará una tercera autopsia.El fiscal, tras analizar los informes de todos los forenses, podría solicitar el archivo de las diligencias, según indicaron las citadas fuentes. Pero antes informará a su jefe -el fiscal del Tribunal Superior de Jusiticia Canario-. No obstante, su decisión dependerá de la confrontación entre los tres peritos forenses que se producirá hoy en el Juzgado número 1 de Arrecife. El Ministerio del Interior ha supeditado su decisión de tomar alguna medida contra los policías que arrestaron a Fonseca a lo que el fiscal decida.

El informe de la tercera forense, María José Meilán, señala que en la primera autopsia no se exploraron todas las cavidades y que el cuello tampoco se exploró debidamente, aunque en las autopsias médico-legales no es obligatorio abrir el cuello. Pese a ello, la forense viene a decir que el doctor casimiro Robayna, autor de la primera autopsia, debería haber continuado en inspeccionando órganos hasta encontrar una causa certera, ya que su diagnosticó Robayna -edema pulmonar agudo- no es para Meilán Ramos una causa de muerte sino la consecuencia de un fallo de otro sistema orgánico.

Las citadas fuentes indicaron que Meilán no sabía en el momento de redactar su informe que Francisco Caravaca, el médico del servicio de urgencias canario que trató de reanimar a Fonseca en la comisaría, había inyectado una ampolla de adrenalina en la yugular exterior derecha. Tras conocer, ayer, la declaración de Caravaca, la forense indicó, siempre según las fuentes de la investigación, que el hematoma que halló García Andrade en el cuello pudo deberse a dicha inyección.

Meilán señala en su informe que García Andrade sólo mandó analizar trozos pequeños del corazón en vez de inspeccionar el órgano entero con el aparato valvular y vascular, como sería preceptivo. Tampoco exploró Andrade, según esta forense, los vasos y los nervios del cuello, sino que se conformó con explorar los músculos al apreciar un hematoma muscular.

La forense indica que no se puede descartar una muerte natural, es decir no imputable a terceros, aunque el informe de Robayna tampoco sustenta, según ella, con suficiente rigor esta tesis.

Cuatro calabozos

Durante la madrugada del 20 de mayo, cuando se produjo la muerte de Fonseca, había 15 detenidos en los cuatro calabozos del sótano de la Comisaría de Arrecife. 11 de ellos llegaron en una patera a la playa del Reducto, en el centro del pueblo, e ingresaron a las 2.45 del día 19, apresados por los agentes del Cuerpo Nacional de Policía. Una de las cuatro mujeres que llegaron en la embarcación fue ingresada en el Hospital General de Arrecife, ya que se encontraba embarazada.Otro de los detenidos de aquella noche, Mohamed H., nigeriano, fue apresado porque se había comunicado su propuesta de expulsión desde Italia, país por donde entró en la Unión Europea. Mohamed H. no aportó domicilio estable alguno y fue trasladado al Centro de Inmigrantes de Las Palmas, por lo que probablemente ya esté en su país, junto a los 11 nigerianos llegados en la patera.

Dos de los restantes detenidos, Rafael G. V. y Cristina María A. F., fueron arrestados juntos y cuentan en su haber con 11 antecedentes cada uno; mientras que Pedro Juan G. P., con 20 arrestos en su haber, fue detenido acusado de un robo con fuerza. Ninguno de ellos, hasta ahora, se ha puesto en contacto con la policía o la acusación particular. La abogada de la familia Fonseca, Amparo Banqueri, indicó que citaría como testigo a Juan José Hormiga, un presunto delincuente -con 36 detenciones a sus espaldas, quien aseguró haber visto como tres policías pateaban y asesinaban a Fonseca- y al amigo de Hormiga, Julio Manuel Martín de León.

Fuentes de la investigación indicaron que Hormiga llegó a los sótanos de la comisaría a las 5.45, unas tres horas después de que Fonseca muriese. "Eso sí", señalan las citadas fuentes, "Hormiga estuvo sentado durante más de una hora en la misma silla en la que murió Fonseca, frente a la sala del 091 y seguramente oyó a los policías comentar la muerte del guineano. Pero la mayor parte de lo que cuenta es pura invención".

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Sobre la firma

Francisco Peregil
Redactor de la sección Internacional. Comenzó en El País en 1989 y ha desempeñado coberturas en países como Venezuela, Haití, Libia, Irak y Afganistán. Ha sido corresponsal en Buenos Aires para Sudamérica y corresponsal para el Magreb. Es autor de las novelas 'Era tan bella', –mención especial del jurado del Premio Nadal en 2000– y 'Manuela'.

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