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Francia raciona la venta de gasolina para paliar los efectos de la protesta de los camioneros

Las autoridades francesas han ordenado el racionamiento de la gasolina ante los problemas de desabastecimiento que ha provocado el bloqueo del acceso a refinerias y depósitos de combustible por parte de los transportistas. Con esa medida, aplicada por las prefecturas de varias regiones, se intenta evitar también que los particulares acaparen productos y dejen sin suministro a los vehículos de ayuda y emergencia. Ésos son los efectos de la protesta iniciada el domingo por los camioneros para reclamar al Gobierno una rebaja fiscal que compense el constante encarecimiento de los combustibles.

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Las medidas restrictivas adoptadas en algunos departamentos franceses consisten en imponer un techo en el consumo, fijado en una cantidad de 15 a 25 litros para los coches y un máximo de 50 litros de combustible por camión. En la región de Burdeos se ha establecido otro límite para la adquisición de combustible: ningún particular puede comprar más de 150 francos de gasóleo (3.800 pesetas) o 200 francos de gasolina (5.000 pesetas), mientras que ningún camión puede aprovisionarse por más de 600 francos (15.200 pesetas). El racionamiento, y las grandes colas que se forman en las estaciones de servicio que aún están abiertas al público, es la consecuencia evidente del éxito del pulso lanzado al Gobierno por la patronal de transportistas. Con el bloqueo del acceso a refinerías y depósitos de combustible, que a su vez ha provocado el desabastecimiento de un gran número de gasolineras, los camioneros manifiestan su protesta por las continuas subidas de los precios de los carburantes y exigen al Ejecutivo medidas fiscales para reducir el impacto de ese encarecimiento.

Rebaja de tasas

Los propietarios de los camiones reclaman que el Estado renuncie a los 50 céntimos (12,5 pesetas) que cobra por cada litro de combustible vendido en las gasolineras. Se trata de la Tasa Interna sobre los Productos Petrolíferos (TIPP), que sitúa el precio del gasóleo francés alrededor de los seis francos (unas 152 pesetas). El Gobierno, a través de su ministro de Transportes, el comunista Jean-Claude Gayssot, ofrece un descuento de 25 céntimos. Los impuestos sobre los carburantes en Francia son los más elevados de Europa, sólo por detrás del Reino Unido. Representan un 83% del precio final de la gasolina y el 77% del gasóleo.Las conversaciones mantenidas por representantes de la patronal del sector y por el ministro de Transportes, iniciadas el lunes, continuaron ayer sin alcanzar ningún acuerdo. Sin embargo, Gayssot se mostró optimista ante la posibilidad de que se desbloquee la situación, y apuntó la necesidad de que el problema alcance una solución global en Europa.

Mientras esa solución llega, ayer eran 79 los depósitos y refinerías inaccesibles a los camiones cisterna. Ha bastado con dos días de bloqueo y con los dos días previos de pánico y acumulación desmesurada para que ahora muchas estaciones de servicio no puedan servir a los clientes. La red de TotalFina, que cuenta con 3.500 gasolineras, estaba ya desabastecida ayer noche en un 80%. Algunos aeropuertos como Niza-Costa Azul anuncian un cierre inminente por ser incapaces de seguir garantizando que los aparatos puedan repostar.

Algunas prefecturas, para garantizar que los llamados "vehículos preferentes" -policía, bomberos o atención médica- puedan funcionar sin problemas, han requisado algunas gasolineras para ponerlas exclusivamente al servicio de los citados automóviles.

No sólo los transportistas se manifiestan y protestan. Los propietarios de ambulancias hacen lo mismo, los agricultores reclaman también una rebaja más importante para el combustible de consumo profesional, los taxistas anuncian para el próximo jueves concentraciones y manifestaciones y mañana algunas ciudades corren el riesgo de verse tomadas al asalto por los autocares.

El Gobierno desveló la pasada semana su plan de reducción de impuestos y ha optado, en vez de reducir la presión fiscal renunciando a varios céntimos de la TIPP, por hacer desaparecer la impopular vignette (un impuesto sobre la circulación que abonaba, cada año, todo propietario de un coche y que venía a representar el equivalente de unas 12.000 pesetas por automóvil).

Una vez hecha esta concesión fiscal, que representa unos 300.000 millones de pesetas, el margen de maniobra es pequeño. Según el Ministerio de Transportes, 20 céntimos de descuento de TIPP sobre cada litro equivale a regalar 10.000 francos (250.000 pesetas) por camión.

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