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Violentas protestas por el encarcelamiento de un líder ultraortodoxo en Israel

El poderoso político Arie Deri, ex líder del partido ultrarreligioso sefardí Shas, entró ayer en la cárcel para cumplir una condena de tres años por corrupción. Los 40 kilómetros que separan Jerusalén de la prisión de la ciudad de Ramle se convirtieron en una gigantesca y violenta manifestación de protesta de sus seguidores; los partidarios de Deri arrojaron piedras e hirieron a varios policías y periodistas, a quienes responsabilizan del encarcelamiento.

Deri, que nació en la ciudad marroquí de Maknes hace 41 años y es padre de nueve hijos, fue condenado por recibir sobornos de decenas de miles de dólares y cometer fraude con agravante y abuso de poder tras haber traspasado cientos de miles de dólares desde el Ministerio del Interior a instituciones religiosas ligadas a su partido, entre 1986 y 1988, tanto como director general, primero, como titular de esa cartera, después. Fue un periodista del diario Yediot Ajronot quien desveló los fraudes."Es difícil parar las lágrimas de mis hijos y es difícil separarme de vosotros, pero pongo por testigos al cielo y a la tierra de que entro en ese recinto amurallado con el corazón feliz y que recibo la sentencia con amor", dijo Deri a sus seguidores. El jefe espiritual de Shas, el rabino Ovadia Yosef, añadió: "No temas, porque ésta es una prueba a la que te somete Dios, y porque Shas no te olvidará".

El preso fue el ministro del Interior más joven en los 52 años de historia de Israel, ya que fue designado para el cargo a la edad de 29 años. También fue uno de los fundadores de Shas, un partido que surgió de la nada en 1988 (ahora es la tercera fuerza política) con las banderas de la religión y de la discriminación de la que fueron objeto los israelíes originarios de países árabes (y considerados sefardíes en el sentido amplio de la palabra) por parte del establishment laborista ashkenazí (proveniente de Europa del Este), y que ahora cuenta con 17 de los 120 diputados del Parlamento.

En una población de seis millones de habitantes, esto representa casi un millón de seguidores para Shas. Deri fue creciendo junto con su partido, y en los últimos años el partido ha sido el fiel de la balanza política. Shas formó parte de todos los Gobiernos (tanto de centro-izquierda como de unidad nacional y de derechas) desde 1986, aunque recientemente abandonó al primer ministro laborista, Ehud Barak, porque éste se negó a satisfacer sus exigencias económicas.

Al carisma y destreza en la manipulación de Deri se suma ahora su carácter de mártir. Hay quienes dicen que puede ser el candidato del Shas a primer ministro en las próximas elecciones (que, si no se adelantan, se celebrarían en 2003) y que podría resultar electo.

Deri se convirtió ayer en el único ex destacado ministro de Israel que ir a la cárcel. Y lo hizo en loor de multitudes, acompañado de unos 20.000 seguidores y tres días después de un acto en el que se anunció una "revolución sefardí". Los seguidores de Shas se oponen cada vez más al Estado de derecho y a la democracia por considerar que las normas que cuentan son las leyes religiosas de la Torá (el Pentateuco del Antiguo Testamento) y las rabínicas posteriores.

Precisamente, el Gobierno israelí decidió ayer por unanimidad eliminar el Ministerio de Asuntos Religiosos. Sus competencias serán asumidas por otros ministerios, así como por ayuntamientos y otros órganos locales.

El ministro de Justicia, Yosi Beilin, dijo que "esa decisión no tiene ninguna relación con Shas". Pero lo cierto es que Barak ha anunciado lo que se dio en llamar revolución laica, que consiste en una serie de reformas cívicas y sociales cuyo objetivo es reducir la influencia de los judíos ortodoxos en Israel, donde la religión no está separada del Estado.

Amenazas de la Liga Árabe

En cuanto a las negociaciones palestino-israelíes, el presidente estadounidense Bill Clinton se entrevistará esta semana por separado con Barak y con el líder palestino Yasir Arafat (que coincidirán en Nueva York, en la Cumbre del Milenio de la ONU. No está previsto encuentro tripartito alguno. Por otra parte, los ministros de Exteriores de la Liga Árabe tienen previsto aprobar hoy una declaración en la que amenazan con suspender relaciones diplomáticas con aquellos países que trasladen su embajada de Tel Aviv a Jerusalén; uno de los primeros en hacerlo podría ser Estados Unidos.

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