_
_
_
_
_

Viaje virtual a Manhattan

Un ingenio informático instalado junto al Santiago Bernabéu permite sobrevolar Nueva York en ala delta

F. Javier Barroso

Desde la explanada situada enfrente del estadio Santiago Bernabéu se puede volar este fin de semana, en apenas cuatro minutos, hasta Nueva York. Los interesados pueden dar el salto al otro lado del océano de forma virtual para ver desde las alturas la isla de Manhattan como si fueran montados en un ala delta. Se trata de una de las atracciones que ha montado un portal de Internet para promocionar esta autopista de la información.El visitante debe esperar cerca de una hora para acceder a la atracción. Tras ceñirse un arnés de seguridad, las azafatas le ponen unas gafas de tres dimensiones y le colocan en posición horizontal tras colgarle de unas barras. Tres segundos bastan para que arranque el programa y el internauta sobrevuele los rascacielos. Los movimientos de la cabeza y del cuerpo hacen que el ala delta virtual se traslade de un lado a otro. Si se inclina hacia delante, la aeronave desciende. Así se puede llegar a sobrevolar el río Hudson. También se puede seguir a un taxi por las largas avenidas de Manhattan o detenerse en alguna azotea.

Y eso en tan sólo cuatro minutos. Es el tiempo que se deja al visitante para que se recree en la parte antigua de la ciudad de Nueva York.

El vuelo sobre Manhattan no es la única oferta de la feria montada por el portal de Internet. Los más atrevidos pueden volar sobre un fortísimo chorro de aire lanzado por una turbina de un avión F-10; eso sí, en un recinto cerrado por vallas de seguridad y acompañado de un monitor que lo sujeta en todo momento para evitar que se lesione. Para volar hay que ponerse un mono del que pende una gran capa. Ésta se hincha con la fuerza del aire, que sale a 150 kilómetros por hora.

"La turbina tiene potencia suficiente para levantar a gente que pese más de 100 kilos, lo que pasa es que lo hemos reducido a 85 kilos porque, de otra forma, los monitores acabábamos agotados y con muchas contracturas de espalda", señala Ricardo Olalla, uno de los vigilantes de la turbina.

Lo mejor para poder disfrutar al máximo del vuelo es levantar la cabeza, extender las piernas y relajarse. "A pesar de que son cinco minutos, terminas muy cansado, porque hay que hacer mucha fuerza para sostenerte con los brazos", explicaba Pablo Colvín, un joven de 18 años.

Los que prefieran actividades más reposadas disponen de 50 ordenadores colocados en un camión, desde los que se puede acceder de forma gratuita, y durante el tiempo que se quiera, a Internet. En una caseta se puede ver durante ocho minutos el fondo de un mar en un cine de tres dimensiones.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Tour Wanadoo. Paseo de la Castellana, frente al estadio Santiago Bernabéu. Hoy, de 12.00 a 24.00. Gratis.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_