Primer examen para Sevilla

El segundo intento de Sevilla por organizar unos Juegos Olímpicos pasa hoy por un primer examen, que puede suponer incluso el fin de su nueva carrera. Siete miembros de la Comisión Ejecutiva del Comité Olímpico Internacional (COI) deciden en su sede de Lausana (Suiza) la eliminación de la mitad, en principio, de las 10 candidatas actuales a los Juegos de 2008. A fin de evitar gastos y campañas inútiles hasta el final del proceso (2001), el COI acordó una criba inicial. Las posibilidades de la capital andaluza, ya remotas para el triunfo, tampoco parecen demasiadas para un primer corte. El pesimismo, más o menos explícito de los dos presidentes del COI, Juan Antonio Samaranch, y del Comité Olímpico Español, Alfredo Goyeneche, han sido significativos. Ambos, sin negar en ningún momento su apoyo, la legitimidad y los méritos de Sevilla, opinan, como muchos miembros del COI (que ya la eliminaron en el corte para 2004), que Madrid, como capital de España, sí tendría realmente fuerza y peso específico para suceder a Barcelona 92.

Pekín, París, El Cairo, Toronto, La Habana, Osaka, Kuala Lumpur, Bangkok y Estambul son las rivales. No votarán miembros de la comisión de esos países, como Samaranch, que nunca lo hace. Decidirán: Anita DeFrantz (EE UU), Keba Mbaye (Senegal), Kevan Gosper (Australia), Thomas Bach (Alemania), Un Yong Kim (Corea del Sur), Marc Hodler (Suiza) y Jacques Rogge (Bélgica).

Si la comisión toma en cuenta el discutible criterio de dejar sólo una ciudad por continente, Sevilla no tendrá nada que hacer ante París, una de las dos grandes favoritas, pese a que en el mandamiento no escrito, pero sí bastante seguido, de la rotación de continentes, Europa tiene muy complicado volver a ser sede sólo cuatro años después de Atenas. La capital francesa ha organizado ya dos Juegos, pero lejanos (1900 y 1924), y sí es reciente que perdió en 1986 con Barcelona para 1992.

Pero hay otras rivales importantes y con deudas pendientes, que cuentan también mucho a la hora de la decisión si las ofertas de proyectos no son muy desiguales. Salvo por la seguridad, Estambul, sin ir más lejos, es más tenaz aún que Sevilla en ser candidata. Va ya por la tercera vez. Y a falta de una candidata de Oceanía, Asia puede perfectamente seguir con dos ciudades. Una, segura, será Pekín, perdedora por la mínima con Sydney para 2000, y máxima favorita ahora. Pero sin olvidar a la japonesa Osaka o a la malaisia Kuala Lumpur, otro emporio económico, antes que la thailandesa Bangkok. Toronto, con la garantía canadiense de no repetir el fracaso económico de Montreal 76 y derrotada para los Juegos de 1996 que ganó Atlanta, es esta vez la siempre apreciable representación norteamericana en ausencia de Estados Unidos. Sólo la candidatura de La Habana parece más testimonial que real en medio de su penuria, pero hasta El Cairo enarbola la solitaria bandera africana, el único continente que aún sigue sin Juegos.