La desgracia de un héroe de barrio
Cota se rompió la tibia en el debú europeo de Vallecas, el sueño de su vida
Fractura de tibia. Un frío diagnóstico para el día más intenso y especial de Jesús Diego Cota, el eterno capitán del Rayo Vallecano, que le tendrá bajo un régimen de yeso, calmantes y reposo durante al menos seis meses. "Esa es la verdad de la tibia" asegura el Doctor Guillén, el hombre que se ocupa de recomponer el maltrecho hueso del rayista.Una verdad inoportuna que llegó por un choque fortuito con un rival andorrano en el último minuto del partido del debú de Cota en Europa frente al Costel.lació andorrano en la fase previa de la Copa de la UEFA. Un día que, a pesar de todo, el jugador describe como el "más feliz de mi carrera deportiva".
Ese día Jesús Diego Cota cumplió su sueño. "Un sueño por el que nadie daba un duro, yo era el único que estaba convencido de que se convertiría en realidad", señala con énfasis el defensa vallecano. Tenía razón, el sueño se hizo realidad, y Cota pudo mostrar su dorsal con el número dos impreso en la camiseta del equipo del barrio en el que nació. En las competiciones europeas y antes de una retirada que ya ve más cerca que lejos -tiene 33 años-.
Después de 18 temporadas de tránsito bregando por los campos más ásperos del fútbol español había llegado el día para este lateral honrado y corajudo de cobrarse la merecida recompensa por los servicios prestados.
La fecha: el 24 de agosto de 2000 en su casa, Vallecas, en un partido de trámite frente al más que modesto Costel.lació de Andorra, al que los vallecanos habían endosado diez goles en el encuentro de ida y endosarían otros seis ese día en el estadio de la popular barriada madrileña. Pero el rival era lo de menos. Lo importante era la culminación de una ambición que había empezado 20 años antes, el día en que un Cota aún escolar quiso ser futbolista "porque veía a la salida del cole a los jugadores y quería ser como ellos, un héroe del barrio".
Entre otras cosas, a esos diez goles encajados por el Costel.lació en Andorra debe Cota su presencia en el equipo titular que saltó por primera vez en su historia al césped del estadio Teresa Rivero de Vallecas para jugar un partido de Copa de la UEFA el pasado jueves. A esos diez goles y a la presión de los aficionados; sus vecinos; y a la de los otros jugadores de la plantilla para que Juande Ramos, el técnico rayista, alinease a Cota, el capitán, a quien había dejado en el banquillo, retrasando su ansiado debú en Europa, durante el trascurso del encuentro de ida.
Un debú inolvidable para este vallecano, casado y con dos hijos, a pesar de pagar un peaje tan alto como es una rotura de tibia. "Ya me puedo retirar tranquilo", afirma satisfecho pese a la lesión.
Cota sabe que ya es historia del Rayo. El rocoso defensa ha participado en siete de los nueve ascensos del club a Primera División y ha disputado 391 encuentros vistiendo su camiseta. Ahora, cuando parece que el tren del fútbol en activo se le escapa, asegura que le da igual, que ya ha "saldado una cuenta pendiente y eso no me lo quita nadie", en referencia a aquel día en que también él fue el héroe del barrio.
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