La imagen de la ambición
Participar en Sydney 2000 era una auténtica obsesión para este andaluz. El jugador internacional de balonmano, Antonio Carlos Ortega, de 29 años, representa la imagen del deportista triunfador. Siempre destacó sobre el resto de sus compañeros en los equipos de su colegio en Málaga. Desde muy joven consiguió llegar a la selección nacional militando en el conjunto de su ciudad. Desde que fue fichado por el Barcelona, hace siete temporadas, acumula casi todos los títulos a los que puede aspirar un jugador de balonmano: desde la Liga española a la Copa de Europa.Pero faltaba una competición para saciar la sed de triunfos de este ganador. El malagueño reconoce que sólo tenía una espina clavada en una trayectoria deportiva excepcional: "Que me descartaran a última hora del equipo español que compitió en los Juegos Olímpicos de Atlanta 96".
Por ello, durante los últimos cuatros años ha estado soñando, y preparándose para que llegara la cita olímpica de Sydney 2000 y él fuera uno de los elegidos para formar parte del equipo español. Según Ortega, "unos Juegos son lo máximo a lo que se puede aspirar en la carrera de cualquier deportista. Aun habiendo jugado ligas europeas o campeonatos del mundo, el torneo Olímpico está por encima de cualquier otro tipo de competición".
Siempre con la ambición como compañera, el andaluz asegura que en Australia la selección española es "una de las candidatas a luchar por el medallero". En la mente de Ortega no hay cabida para pensamientos mediocres: "Debemos aspirar a lo máximo".
Llegó al balonmano casi por casualidad. En su colegio, y cuando tan sólo tenía ocho años, una de las personalidades más veteranas del balonmano en la capital de la Costa del Sol, Rafael Mesa, recientemente fallecido, pasó por la clase de Ortega y le convenció para que se enrolara en un torneo escolar. Antonio Carlos, con tan corta edad, ya sabía hacia donde iba a dirigir su futuro.
La importancia de Mesa en la vida del jugador andaluz es algo palpable. Un recuerdo que le va a acompañar en estos Juegos Olímpicos: "Quiero dedicarle todo lo que consiga a Rafa Mesa, que hace poco nos dejó, y que tiene mucha que ver con todo lo que yo he conseguido".
Convencido de que el balonmano iba a ser su vida, Antonio Carlos Ortega superaba a duras penas los cursos académicos y recuerda que el castigo que más le dolía era cuando sus padres le dejaban una o dos semanas sin poder ir a los entrenamientos o jugar en el equipo porque no iba todo lo bien que debía en los estudios.
No obstante, Ortega reconoce que el apoyo de su familia ha sido fundamental en su carrera. Sus padres, Antonio e Isabel, se convirtieron muy pronto en sus más incansables seguidores. También sus hermanos, entre los que se encuentra el mayor de la saga, que también jugó a balonmano y fue campeón de España cadete en el mismo equipo en el que jugaba Antonio Carlos. Su familia suele acompañarle a todos los grandes encuentros que disputa en la Copa de Europa. Ellos le animaron a que, además de seguir cosechando éxitos deportivos, continuara estudiando. En la actualidad cursa el segundo curso del Instituto Nacional de Educación Física (INEF) en Barcelona.
A punto de cumplir su ansiado sueño de convertirse en olímpico, Antonio Carlos Ortega quiere romper una lanza en favor del deporte y los deportistas de Andalucía: "En nuestra comunidad se forman magníficos atletas en todas las modalidades deportivas. El único problema es que muchos deportes, sobre todo en el caso de los minoritarios, cuentan con una gran cantidad de trabas económicas ya que no cuentan con los fondos necesarios".
NOMBRE: Antonio Carlos Ortega.
NACIDO EN: Málaga.
EDAD: 29 años.
ESTATURA: 1,84.
PESO: 86 kilos.
ESPECIALIDAD: Extremo de balonmano.
EXPERIENCIA OLÍMPICA: Debuta en estos Juegos.
OBJETIVO: Una medalla.
PALMARÉS: Campeón de la Liga y la Copa de Europa con el F. C. Barcelona.
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