_
_
_
_

Un jurado afirma que un ex soldado negro murió bajo custodia policial en el Reino Unido

Investigar las comisarías

La muerte en comisaría de Christopher Alder, ex paracaidista del Ejército británico, fue "ilícita", según declaró esta semana el jurado que atendió la investigación oficial para esclarecer las causas del violento fallecimiento de la víctima. Alder, de 37 años y raza negra, murió en 1998 esposado en el suelo de una comisaría de Hull, al norte de Inglaterra, mientras los agentes que le detuvieron reían y contaban chistes. Tras una larga batalla para conocer la verdad del incidente, la familia del joven ex paracaidista vio por fin cumplida parte de su hazaña. "Era el único veredicto genuino que se podía emitir", dijo Janet Alder, hermana del fallecido. Lograr el procesamiento por homicidio de los presuntos responsables de la muerte de Christopher, en abril de 1998, es el siguiente paso en la campaña de la familia Alder. Cinco agentes de policía han sido suspendidos en relación al caso a la espera de iniciarse posibles trámites legales

Alder murió con las manos esposadas a la espalda y los pantalones bajados a media pierna. Estaba con el cuerpo doblado en el suelo y escupiendo sangre, pero los agentes que montaban guardia esa noche creyeron que "estaba actuando o durmiendo", según declararon durante la vista cuasi-judicial que concluyó esta semana. La agonía del moribundo ex paracaidista, que había sido condecorado por el Ejército por sus servicios en Irlanda del Norte, fue grabada por las cámaras de televisión de la comisaría. El jurado revisó las imágenes de vídeo en dos ocasiones antes de confirmar la muerte ilegal, por asfixia, de la víctima.

Siete personas han fallecido en comisarías británicas en los últimos diez años. Todas ellas pertenecían a comunidades minoritarias: un irlandés y seis individuos de raza negra. El Movimiento Nacional Por los Derechos Civiles reclama del ministro del Interior, Jack Straw, nuevas medidas para investigar conductas sospechosas en las comisarías británicas.Alder murió poco después de recibir un golpe en la cabeza en un altercado a la salida de una discoteca. Fue tratado en un hospital y, al negarse a abandonar el recinto, fue detenido por la policía. En la vista ante el juez forense se confirmó que fue golpeado en la furgoneta que le trasladó a comisaría y que el equipo policial autor de la detención, hizo desaparecer la ropa de la víctima. Mientras agonizaba en el suelo, los agentes bromeaban, pero les entró pánico cuando se dieron cuenta de que el detenido estaba a punto de morir. Era la primera vez que las cámaras recogían imágenes incriminatorias de un fallecimiento en dependencias policiales.

El veredicto de "muerte ilegal" no implica el procesamiento inmediato de sus responsables. El código penal admite investigaciones a cargo de un juez forense en casos de muertes súbitas o violentas, pero la misión del jurado se limita a esclarecer las causas.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_