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El diseñador Peret proyecta la nueva señalización gráfica del CCCB

Ampliar público

Un gran paso cebra pintado en el suelo acompañará al visitante desde la calle de Montalegre hasta el interior del Pati de les Dones. Posiblemente, un elemento tridimensional -cuya forma aún no está definidida- se descolgará paralelamente a la fachada principal para señalar de forma clara la entrada. Las siglas CCCB, de gran tamaño, coronarán el centro y serán visibles desde diferentes puntos. Las ventanas exteriores se tapiarán también con vinilo adhesivo de colores rojo, amarillo o negro, que, en ocasiones, incorporarán pictogramas relacionados con las actividades culturales que se desarrollan en el interior del edificio. La imagen hasta ahora discreta y austera del Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB) sufrirá una revolución este otoño. La dirección de la entidad ha encargado al diseñador e ilustrador Peret el cambio de la señalización gráfica del centro, y esta previsto que las modificaciones se vayan introduciendo de forma paulatina por etapas hasta modificar por completo la imagen exterior de la institución.

"Desde el primer día teníamos el problema de que mucha gente llegaba al Pati de les Dones y no sabía encontrar la rampa que da acceso al vestíbulo, situado en el subterráneo, debajo del patio", afirma Josep Ramoneda, director del CCCB. "Además, ahora la calle de Montalegre se ha convertido ya en una vía de tránsito y en el exterior no está bien señalizado, por lo que perdemos una parte de los potenciales visitantes que pasan por delante y no reconocen que se trata de un centro cultural".

El CCCB, comenta Peret, tiene un público fiel que oscila entre 250.000 y 300.000 personas, pero sus responsables quieren atraer a más gente. "Ahora el problema es que el edificio del Museo de Arte Contemporáneo lo tapa", afirma. "Por eso estamos intentando este cambio de imagen que se irá haciendo de forma paulatina. Primero llamaremos la atención en el exterior, y después pasaremos a modificar el interior, especialmente la zona de atención al público, y la información de las actividades". Si hasta ahora el color que definía el CCCB era el azul -el del logotipo de Zimmermann-, Peret ha querido hacer una apuesta más estridente jugando, especialmente, con dos colores, el rojo y el negro, de fuertes resonancias simbólicas. "Es un centro vivo y esto tiene que demostrarse con las imágenes, los colores y las formas", afirma Peret, quien sostiene que lo ideal sería que la imagen del CCCB fuera modificándose y adaptándose a los cambios del tiempo.

Ramoneda explica que tampoco se descarta que en el futuro haya una reordenación interna de los servicios del centro, especialmente en lo que afecta a la librería, que actualmente, afirma, es muy poco visible desde el exterior por lo que se está estudiando la posibilidad de situarla junto a la recepción.

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