"En Cuba ya no se componen canciones como las de antes"
La película de Wim Wenders Buena Vista Social Club tiene algo de cuento de hadas musical. Recorre las vidas difíciles de los músicos cubanos reclutados en el proyecto de Ry Cooder, las expone al mundo entero y culmina en el final feliz del éxito emocionante en el Carnegie Hall de Nueva York. ¿Y después, qué? "Después de eso, mi vida ha cambiado en todos los sentidos, en todos", dice ahora Eliades Ochoa. Se seca un poco el sudor de la frente con una mano, mientras con la otra deposita su inconfundible sombrero vaquero sobre la mesa. En sus manos, varios anillos de oro, pero no de los gruesos, sino unos discretos aros. También lleva tres cadenas doradas al cuello, que brillan sobre el pecho descubierto, la camisa desabotonada. Hace calor, ha llegado con prisas a la entrevista. Se le había hecho tarde. -Ésa es una de las cosas que han cambiado. Ahora no puedo ir a ningún sitio sin que me reconozcan -afirma-. Por eso llegué tarde.
-Es que con el sombrero es fácil reconocerlo.
-¿Usted cree?
-Hombre...
-Yo ya no puedo ir sin mi sombrero. Sin él no soy yo, no me reconozco.
Eliades Ochoa busca algún punto impreciso en la habitación donde perder la mirada y vuelve al tema. "Después de la película y del disco de Buena Vista y del Sublime ilusión, nos han pasado muchas cosas. He perdido mi privacidad. No sólo se acerca la gente a saludarme en Europa, en Japón, en todos los países; en Cuba los niños por las calles me persiguen y me cantan Píntate los labios, María, porque todos conocen el videoclip de la canción, que tiene dibujos animados. Yo tengo una casa de campo allá, sembrada de aguacates, de bananos y de limoneros. A la entrada hay una piedra grande donde suelo conversar con mis vecinos. El otro día pasaba por ahí una guagua de turismo que, al verme, paró y se bajaron todos los turistas. Y yo tuve que atenderlos, claro".
Eliades Ochoa tiene 54 años. Desde hace 22 está a la cabeza de una de las agrupaciones musicales cubanas de mayor trayectoria, el Cuarteto Patria, creado en 1939. Ahora, en septiembre sale a la venta su nuevo disco, Tributo al Cuarteto Patria, que recoge antiguos temas tradicionales cubanos. "Durante años, el Cuarteto Patria ha tocado en países de Europa y América, pero ahora lo conocen en cualquier rincón del mundo", dice con rotundidad.
Sones, guarachas y boleros, canciones de Beny Moré, Compay Segundo, El Guayabero y otros temas antiguos que escuchó a su padre o a otros músicos cuando era niño. El nuevo álbum del Cuarteto Patria sigue fiel a su historia. "Este disco sigue el camino que me he trazado. Recoge las canciones que sabía mi padre cuando era niño y las que yo escuché. Es importante que no se pierdan, varias de ellas no han sido grabadas antes y pertenecen sólo al repertorio del Cuarteto Patria. Son canciones de la época de oro de la música cubana, desde el año 1925, cuando los Matamoros sacaron el son. Incluso una del siglo pasado, de Pepe Sánchez. Hay canciones que fueron famosas en los años cincuenta en Cuba y no volvieron a escuchar desde entonces y están en el disco Sublime ilusión de Eliades Ochoa".
Apegado a esa tradición, Ochoa no es muy afecto a los compositores más jóvenes. "Ya no se componen canciones como las de antes. Ahora juntan cuatro palabras y dan una palmadita y un corito que dice así, y ya tienen una canción. Yo me pongo a pensar a veces canciones que dicen -y recita- Me tienes pero de nada te vale, soy tuyo porque lo dicta un papel. Mi vida la controlan las leyes, pero en mi corazón, que es el que siente amor, tan sólo mando yo. Es un hombre que está casado, pero ya no quiere a su mujer y ella no le quiere dar el divorcio. Es como poesía con música. No me explico qué pasa con la música de ahora, se conforman con tres palabras, pero yo tengo suficiente repertorio como para otros catorce discos más. El son cubano es inagotable".
Eliades Ochoa no quiere darle más vueltas al asunto, pero insiste en señalar que no sólo mira al pasado. "Mi plato fuerte es el son, pero entre los músicos jóvenes yo tengo mis admiradores y también hay otros a quienes yo admiro mucho", insiste. "Yo siempre viajo con cintas de Silvio Rodríguez y Pablo Milanés. Las escucho una y otra vez, soy un fiel admirador de sus canciones y las canto a solas con mi guitarra. También tengo amigos en la llamada salsa, soy admirador del Gran Combo de Puerto Rico y gran amigo de Isaac Delgado y Rubén Blades. También admiro mucho mucho a Celia Cruz".
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