Otras voces, otros ámbitos

El XXI Festival Internacional de Danzas de Villablanca (Huelva), que se celebra hoy y mañana, con un presupuesto de 20 millones de pesetas, va a contar este año con las actuaciones de 11 grupos distintos. Los participantes proceden de Yugoslavia, Costa de Marfil, Vietnam, Paraguay, Portugal, Georgia, Chile o España, entre otros lugares. Esta muestra significa el encuentro de culturas muy distintas en Villablanca, localidad de 2.100 habitantes, una de las más pequeñas de Europa en las que se celebra un festival de estas dimensiones.En muchas ocasiones, los propios vecinos del pueblo acogen en sus casas a los bailarines, de forma altruista. El festival se inicia todos los años con el baile en la plaza de la Constitución de la danza de los palos, típica de Villablanca. Se trata de un baile pastoril, de origen celta, que sólo interpretan hombres. Esta danza tuvo su origen en el siglo XVI, como una forma de venerar a la Virgen de la Blanca.

Hace 22 años, el entonces alcalde de Villablanca, José Antúnez, creó un festival de carácter provincial que, dado su éxito, se convirtió pronto en internacional. En esa muestra únicamente participaron grupos de la provincia de Huelva, procedentes de Alosno, Puebla de Guzmán y Villablanca.

Los organizadores consideran que este festival no sólo tiene un contenido lúdico, sino también un elevado valor antropológico y social. Hasta ahora, un total de 150 países y los cinco continentes han estado representados en Villablanca a través de la danza. Desde Rusia, México o Argentina, hasta Filipinas, Togo o Burundi.

En esta edición, el Grupo Simyonov-PKB, de Yugoslavia, es el más numeroso, con 41 componentes. Este colectivo destaca por la vistosidad de su vestuario y por basar su arte en el ballet, inspirado en el folclore yugoslavo. Algunos de estos grupos también actuarán en otras localidades de Huelva.