El son de las cosas
En términos taurinos, Bilbao necesita dejar de creer que es la punta del universo de los toros, para verse como realmente es: una plaza tan corrientita como las muchas que pululan por la piel de toro. Este aviso no les va a gustar a los miembros de la Junta Administrativa, adictos a Chopera, justamente porque han vivido demasiados años en el error autocomplaciente, refrendados por un estupidizado contubernio de halagos, insuflados por los profesionales de la coba de aquí, de allá y de aún más lejos. Para que cambie esta situación haría falta taurinizar la frase de Bertolt Brecht, "porque las cosas son como son no serán siempre lo que son" y llevarla hasta sus últimas consecuencias. Además, nunca la autocomplacencia fue buena consejera, y menos en quienes necesitan la luz de las cerillas para poder ver las estrellas. Y si alguien tratara de advertir, como argumento a nuestra tesis, que Vista Alegre se llena o medio llena cada tarde, mejor se calla. Hablamos de la fiesta de los toros. No de tenderos, sino de toreros.