Salazar acaba con 71 años de gobierno del PRI en Chiapas y promete dialogar con los zapatistas

La "pesadilla de 71 años de Gobierno del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en Chiapas" terminó tal y como había prometido el centroizquierdista Pablo Salazar, cuya victoria es reconocida por todo el mundo, salvo por el candidato priísta Sami David. Se repitió la historia del 2 de julio, cuando el conservador Vicente Fox puso fin a siete décadas de victorias del partido de Estado en los comicios presidenciales: "llegó a Chiapas el efecto democrático dominó". Para Salazar "fue una elección limpia de parte nuestra y el PRI tiene que asumir que perdió en Chiapas".Salazar se felicita de que la de Chiapas haya sido la segunda derrota del PRI desde el pasado 2 de julio. "Lo importante es que el Consejo Estatal Electoral (CEE) ya reconoció nuestra victoria; los resultados están ya casi al cien por cien, confirmando el triunfo por un amplio margen que es irreversible, aun en un ambiente de impugnación. Lo que yo haría es convocar al PRI a que asuma con responsabilidad esta nueva realidad para Chiapas", afirmó el vencedor de las elecciones.

El escenario electoral de violencia, que los enfrentamientos por problemas agrarios entre priístas y simpatizantes de la guerrilla zapatista hacían temer, no llegó. El presidente del CEE, Eduardo Pineda, afirmó ayer que los comicios se habían realizado con "más tranquilidad de la imagen (de violencia) que tiene Chiapas en el extranjero", se trató de una jornada "ejemplar, en la que las irregularidades fueron mínimas". Con más del 95% de las mesas electorales contabilizadas, el CEE da a Salazar el 52,7% de los votos y sólo el 46,9% a David.

Con el pretexto de que es necesario "apegarse a la legalidad", el priísta David ha dicho que esperará los resultados oficiales, que serán dados a conocer mañana, pero sabe que la derrota es un hecho consumado. Incluso el gobernador Roberto Albores admitió ayer el triunfo de Salazar. Dijo que "el voto de los chiapanecos es una orden que no se discute" y manifestó su disposición para trabajar con el virtual gobernador electo para realizar una adecuada entrega del poder.

Salazar afirmó que los conflictos en el territorio chiapaneco, donde se dan las más altas tasas de pobreza, insalubridad, baja escolaridad y moralidad de México, son "producto de los malos gobiernos, por lo que un buen gobierno tiene que trabajar para superarlos".

Las esperanzas de que el proceso de paz, suspendido por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en 1996, se reactive son altas. Sobre su aporte a la solución del conflicto zapatista, Salazar comentó: "Yo creo que el resultado del domingo es, por sí mismo, una señal de paz en Chiapas, y nosotros esperamos que haya alguna señal, algún guiño de la otra parte, para ver cómo vamos reconstruyendo esta relación que quedó inconclusa en 1996. Es muy importante tender puentes".