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Tribuna:VIAJESEn busca del mogollón
Tribuna
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FADOMOGOLLÓN

Ibiza. Aeropuerto de Ibiza. Avión. Cielo azul. Aeropuerto de Lisboa. Taxi de Lisboa. Portugal es un contrapunto peninsular. Martínez medita sobre ese contrapunto mientras se dirige al mogollón lisboeta

- Portugal, explicado desde un taxi. Llego a Lisboa. Taxi hacia el hotel. Lisboa, como todo el mundo sabe, es un trade mark registrado por Ulises, que fundó la ciudad con el nombre de Olisipo. Fue, y es, sin duda, la ciudad king size de la Península. A pesar de ello, nunca jamás ha sido capital de la Peninsula. Ni siquiera en los pocos años -60 tacos- que la Península estuvo unificada. Lo cual puede llevar a la idea de que la Península, snif, nunca ha existido. En tiempos de Felipe III, cuando se estudiaba cambiar la capital del imperio, el virrey de Portugal, conocido con el nombre artístico de The Incredible Conde de Salinas, escribe al rey de Castilla y le dice: pollo, lo que tendrías que hacer es pasar de todo, traer la capital a Lisboa, que está al lado del mar, y, de paso, ya está construida. Bueno, creo que lo dijo con otras palabras. En todo caso, el Rey pasó del tema. Al poco, Portugal se independizaba y pasó del tema del rey de Castilla. Y así, hasta la fecha. Exotismos portugueses / lisboetas: a) La gente habla flojito, hasta b) los taxistas, que incluso no van con la COPE a toda leche, si bien c) hablan del caso Figo, con d) una opinión muy en la línea del taxista culé de Barcelona. Los diarios portugueses e) no hablan de España -como los españoles no hablan de Portugal-, si bien f) los diarios portugueses hablan mucho de las ex colonias -no así los españoles; y tal y como España ha dejado a las ex colonias, pues casi mejor-. En Portugal g) no matan a los toros. La ley que fijó esa medida data, me aseguran, de la misma época en la que en España, por una ley de Primo de Rivera, los caballos de los picadores debían llevar protección. Esa ley en España trajo mucha cola y mucha sangre, de lo que se deduce h) que Portugal y España tienen dos comportamientos diferentes ante la sangre. De hecho, i) glups, en Portugal no tienen esa tradición peninsular ibérica / balcánica de guerras civiles de exterminio, y la tradición del tiro a la nuca ha sido más discreta. Por otra parte, y si exceptuamos el apego a la sangre, j) la historia de Portugal y la de España son tan paralelas que hasta es de chiste. De Lepe. - Vidas paralelas. O para lelas y lelos. Por hablar sólo de los últimos siglos, Portugal también tiene una reina Isabel II -Maria de Bragança-, y un príncipe Carlos que lía pitote -Don Miguel-. En el siglo XIX, los liberales portugueses se inventan un concepto -el iberismo-, que debería solucionar en forma de República Ibérica el 75% de los problemas cotidianos -la solución del 25% restante recaería directamente, se supone, en manos de la novia / o-. El iberismo se arrastra con desigual fortuna por el siglo XIX español. Aún está casi vivito, pero no coleando, en 1931, cuando en el momento de proclamar la República Española algún pollo la lía y proclama la República Ibérica. El iberismo aún sobrevive en la literatura actual portuguesa. En la española, ns/nc o, al menos, no se ha definido como iberista ninguna de las amas de casa que no saben lo que les pasa -generalmente, que les pica la pepitilla- y que protagonizan la tira de novelas españolas de 200 páginas -en las que no aparece, por cierto, la palabra pepitilla-. Portugal y España tienen en el siglo XX dictaduras con horarios after hours, y que acaban más o menos a la vez. Curiosidad: los portugueses también sufren constantemente la opinión oficial de que su transición es la pera, modélica y exportable. En todo caso, las dos transiciones peninsulares son distintas y distantes. Acaban bien, si bien la portuguesa arranca con una revolución, y la española, con todo lo contrario. En Portugal, cuando la cosa se pone democráticamente chunga, hay alguien que invoca el espíritu del 25 de Abril. En España, cuando hay algún mosqueo democrático no se puede invocar nada. Si exceptuamos a Santa Rita. De hecho, las dos últimas veces que recuerdo que alguien ha invocado al espíritu de la transición por aquí abajo fue en a) las puertas de la cárcel de Guadalajara y b) a las puertas de que Pinochet fuera extraditado a España. De las invocaciones a) y b) se desprende que invocar el espíritu de etc. es invocar amnesias localizadas. A los portugueses de mi quinta les sucede un poco lo que a los hispanos de mi quinta. El pensamiento único de la transición nos chirría un poco. No la vivimos o los recuerdos lejanos no coinciden con el pensamiento único. Dentro de poco aparecerá una novela sobre la transición de Francisco Casabella, quizás el mejor novelista de mi generación -mi generación: Mazinguer, Un globo, dos globos, tres, etc, Boney M-. Puede ser curioso ver esa visión. Vaya, me estoy saliendo de tema.

- O mogollão. O como se diga. Uf. Creí que no iba a acabar nunca. En fin. Lisboa, este agosto, es un mogollón de turistas peninsulares. Mañana, si consigo bajar de este taxi -como no se escucha ninguna tertulia de la COPE, le he dicho al taxista que siga otra media hora- se los describo.

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